
Tras dos décadas del gran hito en la genética y en la biotecnología, otras 15 especies han sido clonadas en el mundo
Dolly, la oveja de Escocia, ha pasado a la historia al ser el primer mamífero nacido a partir de una célula de un animal adulto.

Hace 20 años ella fue el primer mamífero clon obtenido a partir de una célula adulta en el Instituto Roslin de Escocia, mismo lugar donde residió, tuvo 6 hijos y murió en 2003. Este nacimiento despertó curiosidad en el mundo de la ciencia, levantó sospechas y temores en los humanos, y abrió caminos hacia una amplia gama de aplicaciones.
Este día, a través de la técnica de la clonación, ya se han producido 15 especies de animales en el mundo a partir de células adultas. Ello con el objetivo de comprender mejor el desarrollo embrionario, poder salvar a especies en peligro, preservar a mascotas, y mejorar la producción ganadera.
“El nacimiento de Dolly demostró que se podía reprogramar una célula adulta. Hasta el momento, nadie en el mundo lo había podido conseguir”, señaló al medio argentino Clarín el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (Mincyt), Lino Barañao, cuya especialidad como científico es la biotecnología animal.



Cabe decir que hasta el hito de Dolly, la técnica de clonación se había usado con éxito en ranas a partir de células adultas. Sin embargo, “con Dolly, se abrió la posibilidad de reprogramar células adultas. Se hizo una moratoria para no hacer clonación reproductiva, pero sí se invirtió mucho en reprogramar células, y agregarles genes, con el fin de desarrollar terapias personalizadas para diferentes enfermedades. Un camino que aún está en investigación”, agregó Barañao.
En 2006, diez años después del nacimiento de la oveja, el investigador japonés, Shinya Yamanaka, obtuvo las primeras células reprogramadas inducidas (en la jerga, son IPS) a partir de ratones. Esto significa un avance en el desarrollo de la medicina regenerativa con potenciales beneficios para pacientes con Parkinson, por ejemplo, y nuevas maneras de probar la toxicidad de los fármacos.
Además, en gran parte del mundo se trabaja en genética y biotecnología con células madre humanas reprogramadas, lo que evidencia, con gran claridad, que Dolly tuvo un impacto mundial.
Pero haber obtenido a Dolly no fue una tarea sencilla. Después de 277 intentos, lo lograron. Dolly nació a partir de una célula de la glándula de una oveja Finn Dorset, y su nombre es un reconocimiento de los científicos a la cantante estadounidense Dolly Parton.
No obstante, en 2001, con cinco años de edad, la oveja empezó a caminar rígidamente. Los científicos le diagnosticaron artritis. Dos años después, desarrolló tumores en los pulmones, y finalmente la sacrificaron en 2003 para evitar que sufriera dolores. Su cuerpo fue embalsamado y donado al Museo Nacional de Escocia.
Después de ella, la clonación se fue utilizando con vacas, cabras, gatos, conejos, ciervos, perros, caballos, entre otros animales. “Al principio, la clonación no fue un negocio. Solo trajo dinero a los que publicaban libros sobre el tema”, recordó Barañao.


Hoy, en día, no obstante, la situación es distinta: ya es todo un negocio, la clonación de mascotas, como perros en Corea del Sur, o los caballos que produce la empresa Crestview Genetics en la Argentina y usa el polista Cambiaso desde 2013.
“Dolly abrió puertas impensadas”, sostuvo ante Clarín Susana Sommer, profesora de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y autora del libro “Genética, clonación y bioética. ¿Cómo afecta la ciencia nuestras vidas?”.
En 1997, había un temor de que se usara la clonación para reproducir humanos. No se hizo. “Pero nunca podría obtenerse una copia total: porque si bien el descendiente tendría el mismo material genético, el ambiente influye y lo haría diferente”.
Con información de Clarín