Un aliado más añejo y con influencia en el PRI y en Movimiento Ciudadano se ha quedado en el camino. Ricardo Mejía Berdeja no pudo superar el posicionamiento del senador y del expanista Luis Fernando Salazar
Las nuevas reglas electorales son prioridad para la Cuarta Transformación. La instrucción presidencial es clara, sin margen de maniobra para Ricardo Monreal: deben sancionarse a la brevedad en el Senado de la República y regresar a San Lázaro antes de que concluya el periodo ordinario de sesiones.
Hasta que ese nuevo marco legal entre en vigor comenzará a correr el reloj de la sucesión. Habrá debates, sí. Pero no renunciará Claudia Sheinbaum. ¿Y Monreal estará entre los aspirantes que se inscriban en la interna morenista? El exgobernador de Zacatecas tendrá que decidir pronto. Y es que a contrario sensu de lo que quieren los duros, en el Palacio de Covián quieren mantenerlo en el liderazgo del grupo parlamentario.
Antes del 24 están las elecciones en Coahuila y el Estado de México. Ambas candidaturas de Morena serán para integrantes del grupo oficialista en la Cámara Alta. Delfina Gómez —quien inició el sexenio en un escaño, antes de irse como super delegada a la entidad mexiquense— cuenta con el respaldo presidencial. Santana Armando Guadiana Tijerina, empresario minero y senador de mayoría relativa, es querido en Palacio Nacional por razones más apremiantes. Aficionado al béisbol, como Andrés Manuel López Obrador, hizo la diferencia para que Morena pudiera erigirse como primera fuerza política en la región carbonífera de Coahuila, a partir del 2016.
Un aliado más añejo y con influencia en el PRI y en Movimiento Ciudadano se ha quedado en el camino. Ricardo Mejía Berdeja no pudo superar el posicionamiento del senador y del expanista Luis Fernando Salazar.
Por segunda vez, AMLO no podrá hacerlo candidato a la gubernatura de Coahuila ahora por Morena. Su primer intento ocurrió hace 24 años, cuando Mejía Berdeja rompió con Rogelio Montemayor y el entonces presidente nacional del PRD, López Obrador, le ofreció la candidatura.
Abogado, egresado de la Ibero, forma parte de una generación de políticos laguneros que fueron vecinos en su adolescencia y ahora pertenecen a distintas formaciones partidistas. Entre ellos están el actual gobernador, Miguel Riquelme, y Salazar, quien fue alcalde de Torreón y senador de la República.
En 1998 estaba por resolverse la sucesión de Rogelio Montemayor Seguy. Y junto con Humberto Roque Villanueva, eran los coahuilenses más cercanos al entonces presidente Ernesto Zedillo Ponce de León. Mejía Berdeja —quien había participado en la campaña de Luis Donaldo Colosio—acababa de dejar su curul en el Congreso local y tras de un breve paso por el CEN del PRI (en el Icadep, que entonces dirigía Heriberto Galindo Quiñones) decidió acercarse al PRD. Directamente con AMLO, sin nexos con alguna de las tribus.
Otros expriistas ya habían sido candidatos de esa formación izquierdista. Entre ellos, Alfonso Sánchez Anaya, en Tlaxcala, Leonel Cota Montaño, en Baja California Sur, y Ricardo Monreal, en Zacatecas. Pero también Máximo Gámiz en Durango; Joaquín Hernández Correa en Tamaulipas e Ignacio Morales Lechuga en Veracruz.
Coahuila renovaba su gubernatura en 1999 y entonces el político tabasqueño ya se había separado de la dirigencia. La política de alianzas del sol azteca estaba a cargo de Amalia García, quien negoció con el PAN una candidatura común, que recayó en el panista José Antonio García Villa.
El PRI postuló al exalcalde de Saltillo, Enrique Martínez y Martínez, quien obtuvo el triunfo. Tras una breve estancia en la secretaría de Gobernación —donde fue secretario técnico del Conapred— Mejía Berdeja aceptó integrarse al gabinete estatal, como coordinador de Análisis y Prospectiva. Su jefe era Raúl Cifuentes. Allí permaneció hasta el 2005. Martínez y Martínez prefirió al alcalde de Saltillo, Humberto Moreira Valdés. Su hermano Rubén era subsecretario de Planeación Educativa.
