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La construcción del nuevo aeropuerto Felipe Ángeles ocurrió en un tiempo récord y sin que el gobierno de la República recurriera al crédito privado. Del Presupuesto de Egresos de la Federación salieron los recursos para financiar la primera mega obra de la Cuarta Transformación, que iniciará operaciones dentro de 10 días.

Los usuarios del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, por su parte, fueron los que garantizaron los recursos para las obras del Nuevo Aeropuerto Internacional, en Texcoco, suspendidas hace tres años. Y desde entonces han cubierto las deudas con los proveedores y contratistas afectados por la cancelación de esa mega obra del peñismo.

Los financieros del anterior gobierno establecieron un peculiar modelo para el financiamiento del NAIM: usar los derechos de cobro de la Tarifa de Uso en el AICM para garantizar el crédito y la emisión de bonos.

Los pasajeros nacionales deben erogar 618 pesos, mientras que los internacionales pagan 1,338 pesos. La declaratoria de saturación del AICM, publicada hace dos semanas en el Diario Oficial de la Federación, modificará drásticamente el monto de los recursos recaudados.

Y paulatinamente quedará al descubierto un efecto ominoso de ese decreto: la disminución de los recursos disponibles para hacer frente a las deudas pendientes por la cancelación del NAIM, adquiridos por el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México.

Esa empresa paraestatal fue fundada, hace 24 años, con la entonces SCT y ASSA como únicos socios. El 26 de enero de 2015 fue expedido el título de la concesión del nuevo aeropuerto internacional que se construiría en Texcoco.

El Plan Integral de Financiamiento del NAICM estimó una inversión de 169,000 millones de pesos, a precios de 2014. Con recursos fiscales serían cubiertos 98,000 millones y con recursos privados, hasta 6,000 millones de dólares (equivalentes a 71,000 millones de pesos de acuerdo con el tipo de cambio entonces vigente), que serían pagados con recursos provenientes de la TUA.

El financiamiento privado sería contratado a través del Fideicomiso 80460 de Nacional Financiera, el cual, a su vez, canalizó sus fondos a favor del Fideicomiso Privado 2172, con la finalidad de garantizar el pago de las obligaciones de la deuda, así como para administrar y aplicar los recursos de la TUA

Entre 2014 y 2018, con los recursos obtenidos por el esquema de financiamiento, se constituyó el Fideicomiso No Paraestatal 80726, del que salieron 79,420 millones de pesos, al 31 de diciembre de 2019, según lo comprobado por la Auditoría Superior de la Federación.

Nueve meses antes de que concluyera la administración peñista, el Consejo de Administración de GACM implementó un nuevo esquema de financiamiento, con el incremento del capital social de la empresa. Los recursos para suscribir y pagar las acciones provinieron de la emisión de Certificados Bursátiles Fiduciarios de Inversión en Energía e Infraestructura, a través de CI Banco, por 30,000 millones de pesos.

Pero al día siguiente del cambio de poderes, tras del anuncio de la cancelación del proyecto del NAIM, comenzaron las cancelaciones. El 21 de diciembre de 2018 quedó cancelado el convenio de Cesión de la TUA y se procedió a la recompra de los bonos MEXCAT –los recursos privados obtenidos entre 2014 y 2018—y la amortización anticipada de los 300,000 CBF.

Antes de que concluyera ese año ya estaban en marcha los procedimientos para suspender o dar por terminados anticipadamente los contratos de obra, servicios, arrendamiento y adquisiciones formalizados para la construcción del NAICM.

El 26 de agosto de 2019, la SCT aceptó la renuncia a la concesión del NAICM que solicitó GACM, aunque la condicionó a continuar con las acciones necesarias para cumplir con las obligaciones contraídas durante la vigencia de la concesión. Al 31 de diciembre de ese año, según los registros de la ASF, se encontraban vigentes 273 contratos de obra, bienes y servicios por un importe pendiente de liquidar o aplicar por 134,471 millones de pesos. Con una baja en los ingresos del AICM por el descenso obligado de operaciones, ¿cómo se cubrirán los adeudos pendientes?

Al igual que el aeropuerto de Cancún, el AIFA ofrecerá una TUA reducida para atraer a los usuarios nacionales e internacionales. Sobre su destino, nadie sabe con certeza. Extraoficialmente se ha informado que 75% de esos ingresos irán al Instituto de Seguridad de las Fuerzas Armadas.