Hay alrededor de 160 países de los 195 reconocidos por las Naciones Unidas celebrando en estas fechas, aunque hay miles que alguna razón o otra no pueden
El 24 de diciembre tiene un simbolismo profundo y variado para muchos a nivel global. En el mundo cristiano, la noche del 24 de diciembre es la víspera del nacimiento de Jesús que se celebra el 25. Una ocasión para compartir festejos con la familia.
La celebración del nacimiento del profeta Mahoma, puede coincidir con el 24 de diciembre en algunos años, ya que se basa en el calendario lunar islámico. Esos días también hay actividades religiosas como encuentros en mezquitas, lecturas del Corán y comidas familiares.
Así que algunos años hay más de cuatro mil millones de personas en el mundo festejando y si a esto le sumamos que en China los que nos son cristianos pero que han adoptado esta celebración relativamente reciente, influenciada por la cultura occidental, pues las cifras aumentan. Aunque no es un día festivo oficial y las empresas suelen operar normalmente.
Hay alrededor de 160 países de los 195 reconocidos por las Naciones Unidas celebrando en estas fechas, aunque hay miles que alguna razón o otra no pueden.
En los resquicios de una historia sepultada, encontré un dato que me dejó pensativa, mientras yo festejaba con un ponche en la mano, un 24 de diciembre como este, pero de 1815, el virrey de México Juan Jose Ruiz de Apodaca, dictaba la liberación de los hijos de María Gertrudis Armendariz y García, siendo apenas unos niños.
Puedo imaginar sus caras tristes, desolados enviados con lo puesto a la hacienda Corralejo, cerca del actual Guanajuato, donde tuvieron que vivir al cuidado de su tío José María, al quedarse huérfanos y sin recursos. Su madre había sido ejecutada apenas hacia poco más de un mes, el 16 de noviembre del mismo año, solo por tener parentesco con Miguel Hidalgo y Costilla.
Cientos de mujeres participaron en la guerra de independencia de México, fueron enfermeras, tomaron las armas o sirvieron de correos, hubo quienes alimentaban a las tropas, una tarea compleja sobre todo mientras ocurrían los enfrentamientos armados. Y hubo personas como Gertrudis, que fueron objeto de prisión por el simple hecho de ser parientes de alguno de los Insurgentes.
Era cuñada del “Padre de la Patria” o del “El Zorro” como lo llamaban durante su época de estudiante. Era esposa de su hermano Mariano Manuel quien murió muy joven dicen que, de pena, dejándola sola con la crianza de sus cuatro hijos.
Nacida de buena familia en Silao, Guanajuato en 1767, al casarse le dieron la Hacienda Sotelo para que, junto a otras propiedades de la familia, su marido se encargara de la administración de todo, acumulando una buena fortuna; pero poco les duró. Además de viajar a la ciudad de México para ayudar a su Miguel a solventar sus deudas, al estallar el movimiento de Independencia el 28 de septiembre de 1810, se ordenó que fuera aprehendida junto con sus cuatro hijos menores de edad, por órdenes del virrey, por su parentesco con él, quizá con la idea de chantajearlo.
Enviados a la cárcel La Acordada, que se erguía como un símbolo de opresión para hombres y mujeres, confiscaron todos sus bienes, generando que quedaran en la absoluta miseria.
Pero la prisión en vez de doblegarla, a ella la hizo florecer, sabía bordar y coser, lo que hizo dentro de los muros, y según cuentan algunos que la mencionan, lo hacía para mantener a sus hijos. Aunque nunca tuvo una participación activa en el movimiento de Independencia, estando presa sobornaba a los guardias para que dejaran libres a algunos independentistas.
Juntó lo suficiente para apoyar económicamente en la compra de una imprenta para la distribución del diario El Despertador Americano, que publicó apenas siete números entre diciembre de 1810 y enero de 1811. Fue un tiraje inicial de aproximadamente 2,000 ejemplares por edición, distribuido clandestinamente en la ciudad de Guadalajara, entre sus páginas se abordaban temas de la situación política en España, la justificación del movimiento insurgente y llamamientos a la población para unirse a la lucha por la independencia.
Es increíble que su nombre no aparezca en la mayoría de los libros de historia y no se haga referencia a ella prácticamente en ningún lado, su papel en la independencia fue relegado a un segundo plano. Forma parte de la larga lista de mujeres que como ella participaron, apoyaron y permitieron que la historia se fuera escribiendo, aunque las hayamos borrado, o simplemente no las nombremos.
Mientras las luces de la ciudad y los árboles navideños tintinean, yo recuerdo a esta gran mujer y a sus hijos, los veo subirse al carruaje que los llevaría a su destino, y donde se borra su rastro, salvo en algunos documentos que dicen que se casaron y tuvieron hijos. Una navidad como esta, ellos no tuvieron unas felices fiestas, una noche como hoy, seguramente lloraban abrazados.
DZ