Espíritu de agua

Agua, no tienes sabor, ni color, ni aroma. No se te puede describir. Se gusta de ti, sin conocerte. Ocurre que se te necesita para la vida; tu misma eres vida. Nos penetras como solaz, cuya exquisitez ninguno de nuestros sentidos es capaz de expresar. A través de ti recobramos las fuerzas, que habíamos perdido. Gracias a ti fluyen de nuevo en nosotros todos los manantiales agostados del alma. Eres el tesoro más precioso de la tierra. Eres también el fruto más exquisito que brota limpio de las entrañas de la tierra. ¡Eres una humilde deidad! Pero nos regalas una felicidad indescriptiblemente simple y grande”.
A. Saint Exupery

“Como el agua pura que vertida en agua pura permanece inalterable, así es el yo de un pensador iluminado”
Upanishads siglo VI A.C.

He buscado cuál es el atuendo adecuado. Así que me cubro con sedas que tejo para taparme. He decidido no llevar un solo tono, así que porto azules, rojos, verdes, amarillos; parezco un arcoíris. Me suelto el pelo y cuido cada detalle; uñas, maquillaje. Voy descalza.

Respiro profundo, una, dos, tres veces. A veces los pulmones duelen cuando no se está acostumbrado a sumergirse en el agua profunda.

Colocó el video “El espíritu de Agua” he sentido la necesidad de usar el sentido de la magia, este que me permite viajar en el tiempo y entrar en espacios para ser testigo.

El sonido del corazón y los latidos del útero comienzan a transportarme, donde voy no estoy limitada por las fronteras de mi piel. De pronto me encuentro en lo profundo, en ese espacio que es húmedo y frio, las telas de mi atuendo danzan y yo comienzo adaptarme. Una fina membrana cubre mis ojos, ahora puedo ver. De los lados de mi cuello se abren unas branquias para respirar.

Escucho el latido, el pulso completo donde se gesta la vida. Sin gravedad mis movimientos son lentos, el tiempo parece otro. La ligereza de mi peso me envuelve en la belleza de un movimiento armonioso, mientras me deslizo y me parece que todo es perfecto.

Para poder entrar en espacios que percibo sagrados, tengo que dejar ir el lenguaje, ese que conecta mi cabeza con la garganta. Ahora abrazo las frases de las emociones, ahí donde las palabras se conectan y vibran con el corazón.

He pedido permiso, uno no invade un lugar sin ser invitado. Yo me arreglo como si tuviera la cita más importe y así honro y agradezco.

De pronto aparece Teo un hombre que lleva el alma desnuda y que nos cuenta cómo al llegar a ser adulto se extravío, su voz ronca me transporta a su profunda reflexión. En algún momento de su vida se ha quedado solo, ¿cómo se perdió? ¿Porque? Su nombre emula tanto y tan profundo, denota para el mundo cristiano aquel que lo habita Dios. Pero en Náhuatl Teótl quiere decir apreciado, maravilloso, magnífico. Es esa la connotación de su nombre en el video.

Conciencia que es un personaje grandioso, aparece con su pelo gris, le habla al oído y de pronto Teo se vuelve niño, quizá para encontrarse de nuevo. Conciencia lo invita a mirarse por dentro y a recordar lo profundamente amado que es, qué pese a todas sus fracturas, todavía lo acaricia aquel que habita en su alma y que solo el podrá hilarlo de nuevo.

El niño se percata de que estoy ahí, me mira, se acerca y me da la bienvenida, el corazón se me acelera y me siento tan despierta.

Pareciera que la frágil membrana que separa lo tangible de aquello que habita en los sueños, genera una posibilidad de vivir distinto. Se llenan de magia los espacios y de pronto yo también me vuelvo niña. El atuendo no se encoge, ahora lo llevo grande. Parece un vestido largo y mis hombros apenas lo detiene.

Teó me sonríe, la curvatura que forman sus labios es el hilo conductor para encontrar la pureza de todo lo que estamos destinados a ser, un lenguaje silencioso que contagia y desde ahí impulsa la certeza de que podremos restaurar el lugar que habitamos. Pero para ello, hay que dragar en lo profundo, reconocerse por dentro, plantearse de nuevo cuál es el sentido de la existencia misma.

Entonces aparece medusa este ser que lleva enredada los desechos, eso a lo que llamamos basura y que es producto nuestro. Me duele y más porque sé que yo soy copartícipe de todo el daño que hemos hecho al planeta. En ella van enredados en sus tentáculos la ira, la rabia, el
juicio, el odio. Cada pedazo de nuestra obscuridad volcada hacia otros por nuestra forma de interpretar lo que nos pasa. Cada desecho es la radiografía de nuestro interior volcado hacia afuera.

Entonces es cuando el alma duele porque hora despierto, me doy cuenta, reconozco. En el silencio comienza la catarsis.

Aunque el orden de aparición de los personajes no es el mismo yo necesito ir primero a lo más obscuro para ir buscando la luz, así que trasgredo el orden de las escenas y por ello pido una disculpa.

Aparece vestida de verde el amor, es la perfecta representación del agua.

Este niño, mi niña; fracturados por el daño infligido por otros y anclado en forma de desconexión, me dejan pensando; quizá es por eso que aprendimos así a relacionarnos con nosotros, con los otros y con el mundo. Desde ahí alteramos la naturaleza, la pureza del amor con la que fuimos hechos y nos perdimos.

El agua cobra una dimensión distinta, se vuelve metáfora, un espejo de la posibilidad de poder restaurarnos. En su fluido cristalino va la vida misma y con ella la fuerza de purificación, ahí donde nacen todas las formas para resurgir distinto, aparece el bálsamo de la creación. El líquido que es sagrado acompaña al espíritu divino y su relación con el hombre.

Mientras el agua me sostiene, las ideas se van desanudando, voy revisando en forma de imagen lo que siento por dentro, aparecen más personajes en la historia, bailan a nuestro lado. Teo coloca a Axólotl con sus ojos pequeñitos capaz de regenerar partes de su cuerpo, tortuga carey con sus cien años a cuestas y vaquita marina en grave peligro de extinción. En medio de todos esta el tejido de Emilia y Tatiana que dieron vida a este lugar. Una posibilidad de silenciar las formas y abrir espacios para tejer nuevas posibilidades.

Detener las imágenes, integrarlas. Encarnar la experiencia en tan solo unos minutos. Hacer un viaje a lo profundo para reflexionar. Mirarme en los ojos del personaje, volverme el reflejo de su acontecer. Soy él, soy ese ser que también se ha perdido y que puede resurgir.

El agua como imagen evoca mi mundo emocional, un viaje de lo perceptible a lo imperceptible, ese espacio interno, misterioso, encantador, imprevisible, oscuro, temible. El agua es catalizadores de lo inaccesible, donde se anida el caos, y a su vez es fuente de vida. Una totalidad diáfana llena de posibilidades.  Así como este mundo del agua es voluble, cambiante, sorprendente, así también es el misterio que esconden las diferentes formas de mi dimensión emocional. Alberga la posibilidad de crear, destruir y abrazar a mí ser humano frágil, imperfecto que nada entre la luz y la obscuridad. Y más aya de mi interpretación este fluido es materia prima, es sustancia original, ahí donde emergen todas las formas de vida es fuente y origen.

Me despido, mi niña toma su forma de mujer madura de nuevo. El video dura apenas unos minutos; en mí, el paso de toda mi existencia. El tiempo no es lineal, cada célula de mi cuerpo lo percibe circular.

Beso a Teo, coloco las manos en mi pecho. Agradezco a las creadoras de este extraordinario lugar, percibo que por detrás de esta magia, existe también un total de muchísimas personas que construyen el espacio, lo han hecho posible, le dan forma y vuelven posibles mis cavilaciones, en el tejido de mis pensamientos. He podido desanudar pedazos de mi embrollo emocional. Ahora comienza el gran trabajo, qué hacer con lo aprendido, dónde volcar lo que se encarnó y sostenerlo.

Salgo de escena, estoy sentada, inhalo con los pulmones, profundo. Otra vez, estoy mojada mi atuendo pegado al cuerpo. Desaparecen membranas, branquias y me veo en el reflejo de la ventana de mi cuarto. Sonrió, entre las manos traigo pedazos de plástico, latas, unas pilas. Serán recordatorio para lo que sigue.

DZ

*Para el hinduismo, el agua posee poderes de purificación espiritual. Lavarse con agua al comenzar el día es una obligación. Los lugares de peregrinación suelen estar en la orilla de los ríos; sobre todo se veneran los sitios donde convergen dos o incluso tres ríos. Según sus creencias, quienes se bañan en el Ganges o depositen parte de su cuerpo (pelo, huesos del difunto) en la ribera izquierda del río alcanzarán el Svarga, el paraíso de Indra, Dios de la tormenta.

*El término hebreo para el agua es MEN, viene a significar madre y matriz, fuente de todas las cosas.

Para los judíos, la limpieza ritual con el agua permite restaurar o conservar un estado de pureza. En el judaísmo es obligatoria lavarse las manos, también después de las comidas. El baño ritual o Mikveh, era sumamente importante para las comunidades judías en otro tiempo.

La historia del gran diluvio aparece en el primer libro de la Biblia, el Génesis donde se narra la Creación. Dios envió una lluvia torrencial sobre el mundo entero para castigar a la humanidad su desobediencia. El diluvio destruye todos los pecados del mundo para que pueda renacer de nuevo libre de impurezas.

“Todo el que beba de esta agua, volverá a tener sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna”. Juan 4:14 Evangelios Católicos

“Dios es el que os ha dado la tierra por lecho y el que ha construido los cielos como un edificio sobre vuestras cabezas; él es el que hace descender el agua de los cielos y el que hace germinar con ella los frutos destinados a alimentarnos”. El Coran

Gracias gracias Emilia y Tatiana por dejarme viajar ahí de donde uno sale distinto.