Minuto a Minuto

Nacional Matan en Tuxpan a Rubén Cruz, reconocido líder campesino
Rubén Cruz era integrante de la Confederación Nacional Campesina (CNC) y fundador del Comité Regional Campesino de la CNC en Álamo
Nacional Presentan en Sinaloa el programa “Escala MX” para negocios
El programa "Escala MX" se diseñó para acompañar a emprendedores desde que surge una idea de negocio hasta que logran consolidar y escalar su proyecto
Internacional Juez deniega retirar la moción para que los hermanos Menéndez reciban una nueva sentencia
El juez Michael Jesic denegó el retiro de la moción en contra de los Menéndez porque "no cree que la solicitud estuviera motivada por los vientos políticos"
Internacional Alcalde Nueva York anima a turistas a no privarse de viajes en helicóptero tras accidente
El alcalde NY asegura que ese tipo de vuelos no esenciales ayudan al "ecosistema de desarrollo económico" de la ciudad
Nacional Gobernadora Mara Lezama da banderazo al “Operativo de Seguridad Vacacional de Semana Santa 2025” en Quintana Roo
El “Operativo de Seguridad Vacacional de Semana Santa 2025” se extenderá en Quintana Roo hasta el domingo 20 de abril
Dormir poco nos vuelve menos generosos, revela estudio
Foto de Kinga Cichewicz en Unsplash

Dormir poco hace que las personas sean menos propensas a ayudar a los demás, incluso si la pérdida de sueño es colectiva, por ejemplo en un cambio de horario, caso en el que un grupo de científicos vieron que las donaciones benéficas caían un diez por ciento.

Un estudio de la Universidad de California en Berkeley, en los Estados Unidos, muestra que cuando hay una pérdida de sueño las personas retiran su decisión de ayudar a otros, un comportamiento que se asocia a una menor actividad en la red cognitiva prosocial del cerebro, publica Plos Biology.

El equipo encabezado por Eti Ben Simon y Matthe Walker examinó en tres experimentos cómo la pérdida de sueño afecta al comportamiento humano de prestar ayuda.

En el primer estudio, 24 voluntarios se sometieron a una resonancia después de ocho horas de sueño y de una noche sin dormir. En el segundo caso, las redes del cerebro que se activan cuando las personas empatizan con otras o intentan comprender sus deseos y necesidades estaban menos activas.

Esa red “estaba notablemente deteriorada”, como si esas partes del cerebro “no respondieran cuando intentamos interactuar con otras personas después de no haber dormido lo suficiente”, consideró Simon.

A continuación, el equipo siguió a más de cien personas durante tres o cuatro noches, para medir la calidad y cantidad del sueño y evaluar su deseo de ayudar a los demás, como sostener la puerta de un ascensor, ser voluntarios o ayudar a un extraño herido en la calle.

Los que durmieron mal la noche anterior fueron los que declararon estar menos dispuestos y deseosos de ayudar a los demás al día siguiente.

La tercera parte consistió en extraer una base de datos de tres millones de donaciones benéficas en Estados Unidos entre 2001 y 2016 y ver si variaba en número tras la transición al horario de verano y la posible pérdida de una hora de sueño para todos.

Las donaciones en la semana posterior al cambio de horario se redujeron en un 10 por ciento, una disminución que no se observaba en las zonas de Estados Unidos donde no se cambiaron los relojes o cuando se volvía a la hora estándar de invierno, que se puede dormir una hora más.

La investigación demuestra que la falta de sueño no solo perjudica el bienestar mental y físico de un persona, “sino que degrada el propio tejido de la sociedad humana. La forma en que funcionamos como especie social -y somos una especie social- parece depender profundamente de cuánto dormimos”, destacó Walker, profesor en psicología.

Incluso una “dosis” muy modesta de privación de sueño -en este caso, la pérdida de una sola relacionada con el horario de verano- tiene “un impacto muy medible y real en la generosidad de las personas y, por tanto, en cómo funcionamos como sociedad conectada”.

Con información EFE