
Después del suicidio de Andrea Lubitz que provocó la muerte de 149 personas que iban en el vuelo Barcelona – Dusseldorf de Germanwings, las acusaciones entre autoridades alemanas y la aerolínea continúan para saber quién tuvo la culpa de dejar volar al joven de 27 años. La Oficina Federal de Tráfico Aéreo (LBA) acusó a … Continued
Después del suicidio de Andrea Lubitz que provocó la muerte de 149 personas que iban en el vuelo Barcelona – Dusseldorf de Germanwings, las acusaciones entre autoridades alemanas y la aerolínea continúan para saber quién tuvo la culpa de dejar volar al joven de 27 años.
La Oficina Federal de Tráfico Aéreo (LBA) acusó a Lufthansa, dueña de Germanwings, de haber ocultado la información de que Lubitz padecía “depresión grave”, mismos datos que fueron proporcionados desde 2009.

El caso se agrava cuando las autoridades alemanas recuerdan a Lufthansa que en 2013 entró una normativa, la cual obliga a las aerolíneas para informar sobre cualquier enfermedad grave que padezca la tripulación, en específico los pilotos y copilotos; entrando en este rubro “depresión” y “tendencias suicidas”.
La acusación de la LBA termina lamentando que se enteraron de la grave enfermedad que padecía el copiloto Lubitz hasta el 27 de marzo pasado, es decir, cuatro días después de haber cometido el suicidio en el avión de Germanwings en Los Alpes.

Por su parte, la aerolínea se defiende diciendo que, a pesar de que Lubitz había dejado su capacitación de piloto por depresión grave, Regresó después de un periodo y fue contratado en 2013, después de haber aprobado los exámenes anuales, sin embargo, aseguran no había peritajes psiquiátricos.
Con información de El País