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Escribe David Frum en The Atlantic:

“¿Un presidente que al menos en parte debe su puesto a los servicios de inteligencia de un país extranjero? ¿Que usa la tribuna para agredir en persona a sus críticos? ¿Que crea fideicomisos ciegos que no son ciegos? ¿Que invita a sus hijos a mezclar negocios públicos y privados? ¿Que se las arregla para que los miembros inconformes de su partido avalen sus decisiones o miren a otra parte? Si esto estuviera sucediendo en Honduras, sabríamos de qué se trata. Pero está sucediendo en Estados Unidos y estamos aturdidos” (http://theatln.tc/2klj0eH).

Parece no haber defensa legal contra un presidente estadounidense atrabiliario y autocrático. No hay controles suficientes para un mal bicho ambicioso, inescrupuloso, nepotista y tiránico, como Trump.

No los hay, para empezar, contra los límites de su codicia. El manejo que ha hecho Trump de sus negocios como parte de su presidencia y de su presidencia como palanca de sus negocios ha escandalizado a la opinión pública mundial, lo mismo que su nepotismo. Pero no tiene restricciones legales para ninguna de las dos cosas.

Nadie lo sabe mejor que el propio Trump, quien declaró en una entrevista del 23 de noviembre pasado a The New York Times: “La ley está totalmente de mi lado, el presidente no puede tener conflicto de interés. En teoría, podría ser presidente de Estados Unidos y administrar mis negocios cien por ciento” (http://nyti.ms/2in0D5J).

Sobre el nepotismo, ha dicho Newt Gingrich, profeta de la polarización ideológica estadounidense: “El presidente tiene poder de perdón. Es un poder abierto, él puede decir: ‘Quiero que mis hijos sean mis asesores, los perdono si alguien cree que están violando las reglas’. Técnicamente, de acuerdo con la Constitución, el presidente tiene ese rango de autoridad” (http://theatln.tc/2klj0eH).

La impunidad del presidente negociante y nepotista alcanzó ayer un ridículo clímax. Trump reprochó a la cadena Nordstrom haber dejado de vender productos de la marca de su hija Ivanka.

Tuiteó en su cuenta oficial: “Mi hija Ivanka ha sido tratada muy injustamente por @Nordstrom. Es una gran persona: siempre me empuja a hacer lo correcto. ¡Terrible!”.

Terrible, sí.

Obligada lectura: Juan Pablo García Moreno: “El extraño caso del presidente empresario” (http://bit.ly/2lpp4PV).

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