Vi un video donde se aprecia al candidato independiente a diputado por el 5º Distrito de Sinaloa, al ingeniero Manuel Clouthier Carrillo, dando una charla
Vi un video donde se aprecia al candidato independiente a diputado por el 5º Distrito de Sinaloa, al ingeniero Manuel Clouthier Carrillo, dando una charla, invitado por el maestro titular de la licenciatura, cuando llega el señor César Aguilar, director de la Facultad de Relaciones Internacionales y Políticas Públicas -mucho nombre para tan poco director- de la Universidad Autónoma de Sinaloa, y le pide al candidato, pasándose la libertad de cátedra por el arco del triunfo, que abandone el recinto. Creo que el director de una facultad universitaria debería de saber que una universidad es una casa abierta al pensamiento universal.
Evidentemente, el director que vino a interrumpir lo que otra personalidad más solemne y pomposa que la del ingeniero llamaría conferencia, lo hizo cumpliendo las órdenes de sus superiores.
Charlé con el candidato independiente me dijo que la máxima casa de estudios sinaloense está controlada por un grupo de políticos retrógrados a los que cualquier cosa que pugne por una mayor democracia -y la candidatura a diputado del ingeniero lo es- los pone nerviosos. (Entiendo que a los políticos mexicanos acostumbrados a vivir en las tinieblas de la simulación, la impunidad y la corrupción la presencia de un hombre bien intencionado, frontal y directo, que les dice sus verdades, les causa el mismo efecto que el sol a los vampiros).
En cuanto a la interrupción de la plática y la orden del director Aguilar para que el invitado saliera del recinto, Clouthier le propuso un trato al director: “Yo propongo que los muchachos voten por escrito. Digan sí o no si continuamos. Y lo digan en secreto. Nos vamos a salir tú y yo y el maestro. Y luego contamos los votos. Si los muchachos dicen que me quede me quedo si dicen que me vaya me voy”.
El director de la facultad -que no tiene facultades para el mando porque sólo cumple órdenes- se negó al ejercicio democrático aduciendo que la visita de un candidato no puede hacerse en el aula sino en el auditorio. Además, dijo: “Lo único que yo quiero, compañeros estudiantes y también medios de comunicación, es que la universidad tiene orden, tiene dirección y, nuestro señor rector (sic que hace una genuflexión), fue muy claro cuando dijo que íbamos a establecer una política para el ingreso de los candidatos, requerimos que todos los candidatos estén aquí y expongan sus ideas pero no podemos permitir que un candidato por la libre entre a un aula”.
Una de las jóvenes estudiantes sugirió que si no se podía recibir al candidato en el aula se le recibiera en el auditorio. El director la quiso fulminar con la mirada.
Luego de saber lo aquí contado, me enteré que -ayer lunes- se reunirían en un hotel de Paseo de la Reforma los cuatro candidatos independientes que van a presentarse al escrutinio de los votantes. El aludido ingeniero Clouthier, candidato a diputado federal; Pedro Kumamoto, un joven de Zapopan, Jalisco, que va por una diputación local; Arne aus den Ruthen, que aspira a ser delegado en Miguel Hidalgo (ya lo fue cuando era panista) y Jaime El Bronco Rodríguez que va muy bien en las encuestas rumbo a la gubernatura de Nuevo León.
En mi afán de poder reportear un evento, asistí al mismo. Me fui en taxi y en el camino pensaba comprar una grabadora de bolsillo dado que la que tengo la probé y no funcionó. Durante el trayecto le hablé a mi amigo el caricaturista Chavo, que me sugirió usar la grabadora de audio de mi celular. En el camino nos topamos con una manifestación de maestros y tuvimos que rodear. Ya iba tarde. Y me equivoqué de hotel. Yo fui al hotel Imperial y la cita era en el Emporio, tres cuadras antes. Mismas que recorrí a pie. Cuando llegué ya había terminado la charla oficial. Pero pude charlar con el ingeniero -en realidad, mi objetivo. Una chica reportera me echó a andar mi teléfono y según la gráfica estaba grabando cuando le pregunté a Clouthier Carrillo en qué terminó en incidente de la universidad. “Es la primera vez que me invitan a un lugar y me corren”. “Tengo 53 años, soy un profesional, tengo experiencia en comunicación, algo les iba a enseñar a los muchachos. El director creyó que me la iba a pasar diciendo: ‘Voten por mí, Voten por mí’”. Seguí grabando las preguntas que hacíamos los reporteros. Recuerdo que me dijo: “No sólo los candidatos a diputados sino cualquier aspirante debería de conseguir firmas de los ciudadanos para registrarse, no crea usted que es fácil ver a los ojos a los ciudadanos, mientras firman, con ello se establece un compromiso”.
Pero hoy no es mi día. La grabadora del teléfono que registró una gráfica no grabó nada, al parecer no le puse volumen. La entrevista se frustró. Recuerdo una frase con la que le contestó la pregunta de… iba a decir un colega, pero ofendería a esa persona al homologar mi título al suyo porque hoy me demostré a mí mismo ser un tanto cuanto pendejo. Sin embargo, la frase con la que le contestó a un reportero que le comentó si sabía lo difícil de la lucha en la que se está metiendo contestó: “Claro que lo sé: Mi padre decía: ¿Cuándo has visto a un cerdo soltar una mazorca?”.