Minuto a Minuto

Nacional La CFE anuncia pérdidas por 13 mil 869 millones de dólares en 2024
La CFE anunció que perdió 271 mil 574 millones de pesos al cierre 2024, esto según sus estados financieros auditados anuales
Ciencia y Tecnología No caigas en las estafas: cuidado con las llamadas desde Reino Unido
Kaspersky alerta sobre estafas de empleo por WhatsApp desde números del Reino Unido; buscan robar datos personales
Economía y Finanzas Dan luz verde a Nubank para operar como banco en México
Nu México, subsidiaria de la entidad financiera Nubank, anunció la aprobación de la licencia que le permitirá operar como banco en México
Internacional Ordena Trump impulsar la explotación del fondo marino en busca de minerales críticos
La orden también advierte que EE.UU. controla los recursos minerales del lecho marino en una de las áreas oceánicas "más extensas del mundo"
Nacional ‘Ellas diseñan’, la exposición que revive impronta de las mexicanas en el sector editorial
La exposición 'Ellas diseñan. 1965–2025' abre en CDMX para visibilizar el trabajo de diseñadoras mexicanas en el trabajo editorial

Sede del movimiento #YoSoy13, la muy combativa Universidad Iberoamericana (mejor conocida como La Ibero) tiene un gran caso para defender: una de sus estudiantes es encarcelada, perseguida y amenazada de muerte por expresar sus ideas.

Se llama Anamelys Ramos, estudiante de primer semestre del Doctorado en Antropología, sólo que lo hace en línea porque es cubana, vive en La Habana, y aún no ha podido viajar a México debido a los contratiempos provocados por la pandemia.

Anamelys es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de La Habana, Cuba y es activista política en contra del gobierno cubano: ayer, por ejemplo, volvió a ser apresada por la Seguridad del Estado y la policía, porque leyó poemas en la calle con amigos.

Seguramente solo ese dato sirve para que sus compañeros de La Ibero levanten su voz solidaria. Pero si necesitan más, pueden saber que las recientes desgracias de Anamelys comenzaron el 10 de octubre pasado.

Un grupo de ciudadanos organizados por la policía política le impidió salir de su casa e irrumpió violentamente en el interior, para impedirle que participara en una protesta pacífica contra el acoso policial y político a artistas, activistas y periodistas.

Otro día tuvo suerte y pudo salir de su casa. Sin embargo, la persiguieron en carros patrulleros por todo el barrio de Centro Habana con las sirenas activadas y policías la tiraron al suelo, la golpearon y la subieron a un vehículo.

En otra ocasión, fue detenida y conducida a una estación policiaca, sin orden judicial alguna y, antes de ser liberada, un oficial le dijo que estuviera feliz porque, por esa vez, le “habían perdonado la vida”.

Siempre acosada, otro día fue sometida a un interrogatorio por un teniente coronel instructor penal, quien le dijo llamarse Vladimir, y le aseguró contar con todos los elementos para someterla a juicio por alterar el orden de La Habana.

“Yo soy tu dueño”, le dijo el militar a la estudiante de Doctorado en la Ibero de la CDMX, que además es profesora e investigadora, curadora de artes visuales y crítica de arte; con un diplomado en humanismo y sociedad por Universidad Alberto Hurtado, Chile.

El teniente coronel le dijo que ella es una vergüenza para su familia, una mercenaria, una zoqueta y que políticamente ella es del tamaño de una mosca, que debía estar feliz porque le perdonaba la vida.

Ayer, fue detenida otra vez, junto con otros activistas del mundo artístico, por leer poemas en la calle. Pero desde el jueves la encarcelan y detienen de manera intermitente, con cualquier pretexto.

Ya se lo dijo el instructor penal:

“Yo soy tu dueño, y a ti lo único que te toca es obedecer”.