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El atentado contra el secretario de seguridad de Ciudad de México, Omar García Harfuch, ha quedado claro en su autoría y en sus móviles, y resuelto parcialmente con la captura de la mayoría de sus autores directos.

Por primera vez en mucho tiempo un hecho de violencia mayor aparece transparente en su siniestra lógica de venganza y violencia. El atentado del Cártel Jalisco Nueva Generación, digno de los desplantes colombianos de Pablo Escobar, es un desafío abierto al gobierno federal, al Estado y a la sociedad.

Creo que le ha quedado claro a todo mundo que en los enfrentamientos con el crimen organizado la ciudadanía debe estar con el Estado y con el gobierno, al tiempo que el Estado y el gobierno deben erigirse, sin matices, en escudos de la sociedad.

El atentado contra García Harfuch está en el marco de una venganza de amplio espectro por acciones legales del gobierno federal contra el cártel.

Primero, por dos extradiciones: la de Rubén Oseguera González, hijo del jefe del cártel, el 21 de febrero pasado, y la de Víctor Zapién, uno de sus principales operadores, el 23 de marzo.

Segundo, por el congelamiento de mil 939 cuentas bancarias asociadas al cártel, decretadas el 2 de junio por la Unidad de Inteligencia Financiera.

Tercero, por el desmantelamiento de las redes de la Unión Tepito y sus adversarios, pies de playa del CJNG en Ciudad de México.

A principios de junio, el gobierno supo por una llamada interceptada que, en venganza, el CJNG pensaba atentar contra el canciller Marcelo Ebrard, por las extradiciones, contra el jefe de la UIF, Santiago Nieto, por las cuentas bloqueadas y contra los secretarios de seguridad Alfonso Durazo y García Harfuch, por los golpes dados a la organización.

La venganza empezó el 19 de junio en Colima, con el asesinato de Uriel Villegas, juez en el proceso de Rubén Oseguera. Siguió el 26 de junio, con la emboscada a García Harfuch. Difícil pensar que aquí ha terminado todo.

El Presidente dice que no declarará la guerra al crimen organizado, pero al menos una parte de éste, el CJNG, le ha declarado la guerra al gobierno. Y de qué manera.