La pandemia nos ha pegado a todos, no creo en la mera selección de los grupos vulnerables, todo parece que todos los somos y la abstinencia social, también nos pega
¿Cuántos días lleva usted en casa? ¿Cuántos días lleva ya sin ver a sus padres o a sus abuelos sin ningún tipo de restricción? Los días ya son muchos y las ganas de abrazar, de estar cerca y de ser “como antes” se nos van acumulando.
Si bien, la soledad nunca es tan mala, este aislamiento forzado nos ha llevado a reinventarnos el propio habitar en nuestros hogares y para quienes viven en grandes familias, pues nuevas formas de convivencia y paciencia.
Es viernes y al menos lo que hacíamos en la “antigua” normalidad era relajarnos por el solo hecho de saber que se nos terminaba la semana, así que hoy dejaremos poquito las imágenes que nos estresan o nos provocan el desacuerdo político y social.
Si bien, esta imagen del fotoperiodista Sebastiao Moreira que trabaja directamente para la agencia española EFE desde Sao Paulo, no es el ideal que todos esperaríamos ver en el tema de abrazos, es un emotivo momento en donde una hija, Maria Paula Moraes abraza a su padre de 82 años, que vive en una residencia para ancianos.
Las famosas “cortinas” de abrazos fueron instaladas para ofrecer un alternativa para los familiares poder visitar a sus “viejitos”, revisar su salud y sobre todo hacerse presente.
La pandemia nos ha pegado a todos, no creo en la mera selección de los grupos vulnerables, todo parece que todos los somos y la abstinencia social, también nos pega.
La cobertura visual que realiza Moreira en el asilo, es grandiosa, porque más allá de realizar su trabajo periodístico e incluso documentar un hecho sin precedentes, que es abrazar a través de una cortina de plástico, capta la emoción imperante de una hija a su padre y de su padre a su eterna pequeña.
No solo son los ojos cerrados por ese micro instante de juntar los cuerpos y sentirse queridos, sino las sonrisas que podemos recrear a través de sus cubrebocas por las comisuras y arrugas en sus rostros.
La intuición, es un valor clave para los buenos fotógrafos. Esos que saben en dónde colocarse, porque saben que no solo es documentar, sino encontrar el motivo y transmitirlo a través de su trabajo.
La expresividad en la fotografía se logra conociendo el tema, sabiendo que una imagen no solo congela un momento, sino que narra una historia por iniciar, por terminar o en curso.
¿Cuál será la historia de Maria Paula y de su padre? Por lo que leímos llevaban más de 100 días sin estar juntos, al igual que usted y que yo con los abuelos o los padres.
Cumplir con una narrativa en la fotografía, es no dejar ambigüedades, es no depender de palabras para entender lo que sucede, es mostrar y dejar que quien ve tu trabajo, la sienta y la haga suya.
No quisiéramos nunca abrazar a los nuestros así, pero si es la única forma de sentir el latido de los corazones y sobre todo demostrar que estamos presentes, hay que hacerlo.
Es fin de semana, y ojalá pudiéramos abrazarnos así. Si usted vive con su familia, abrácela, reconozca la maravilla y la bendición que tiene en casa, y los que no, asegurémonos de estar pendientes de los nuestros.
Lo dice el crítico John Berger, la información que contiene una imagen puede penetrar por el sentimiento, y esta es un ejemplo de ello.
Termino retomando la frase del presidente, ojalá este fin de semana tenga más abrazos y no balazos, como esos que hoy mataron a varios elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado de Guanajuato y dejó lesionados a dos oficiales más en la carretera estatal Apaseo el Alto.
Ojalá.
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