Conozca la historia de la Plaza Garibaldi y del personaje que lleva el nombre de este emblemático lugar
La palabra “Garibaldi” remite a mariachis, México y al Tenampa, pero el nombre de esta famosa plaza localizada en los límites del Centro Histórico de la CDMX no se debe a ningún músico, político, artista o deportista, vaya, ni siquiera a un personaje mexicano.
Aunque combatió en la Revolución Mexicana, José Garibaldi, en cuyo honor se bautizó esta plaza a inicios del siglo XX, no nació en el país, sino en Italia, y era nieto de Giuseppe Garibaldi, un militar que luchó junto con el rey de Cerdeña, Víctor Manuel II, para lograr la Unificación de Italia en el siglo XIX.
De hecho, si en algún lugar del mundo, como Italia o Uruguay, usted encuentra un monumento o una plaza en honor a un Garibaldi, seguramente será por el abuelo, que es un importante personaje de la historia italiana.
José “Pepino” Garibaldi
El nombre real del Garibaldi que luchó en México también era Giuseppe, como el de su abuelo, pero aquí le decían José, aunque también era conocido simplemente como “Pepino”.
Giuseppe Garibaldi, “Pepino” Garibaldi o José Garibaldi (como guste llamarle), nació en Melbourne, Australia, en 1879, y participó en diferentes movimientos revolucionarios alrededor del mundo, como los de Sudáfrica, Venezuela y Guyana.
En 1910, Garibaldi llegó a Chihuahua, atraído por la fiebre del oro; sin embargo, no tuvo suerte y, tras el estallido de la Revolución, se enroló en las tropas de Francisco I. Madero, en donde también se le conoció con el apodo de “Gringo” y formó una especie de “legión extranjera” (algo así como un batallón formado por extranjeros pero que luchaban en México).
Su sangre y fama revolucionarias hicieron que se convirtiera en uno de los hombres más cercanos a Madero, quien lo nombró general. Sí, un italiano era general en el ejército de Madero, lo cual no era bien visto por personajes de la talla de Pascual Orozco y Pancho Villa.
Fue debido a las diferencias con Villa que Garibaldi, tras intervenir solamente en dos batallas en Chihuahua, debió salir del país y regresar a Europa. Después de participar en la Primera Guerra Mundial, incursionar en la política y vivir un retiro en Nueva York, Garibaldi murió en Roma en 1950, a los 71 años.
La Plaza Garibaldi
El lugar donde hoy se encuentra la Plaza Garibaldi era parte de Cuepopan, un barrio de origen prehispánico y que en la Colonia se encontraba al norte de la ciudad (sí, ahí era el norte), lejos de donde vivían los españoles, por lo que ahí se asentaron los indígenas rechazados de otras zonas.
Para inicios del siglo XIX, abrieron ahí pulquerías y otros negocios, lo que hizo que la plaza fuera un punto de reunión para ingerir alcohol en la vía pública. A finales de ese siglo, se instaló el mercado “El Baratillo”, el cual llegó a ser muy popular en la época previa a la Revolución, ya que ahí se podía encontrar mercancía de segunda mano y objetos robados o de contrabando, lo que provocó que, finalmente, fuera clausurado.
Cuando empezó el siglo XX, las pulquerías de este lugar, al que se le conocía por igual como “La Plazuela del Jardín” (nombre que se le había dado en la Colonia) o “El Baratillo” (nombre que heredó por el mercado) ya eran famosas y poco a poco se fue convirtiendo en un punto de reunión en el que se instalaban ferias y había músicos en su kiosco, lo cual le daba un ambiente festivo.
Hacia el final de la Revolución Mexicana, por ahí de 1921, se remodeló y se le puso el nombre de Plaza Garibaldi.
¿Y los mariachis? Bueno, pues ellos llegaron en la década de los 30 a petición de Cirilo Marmolejo, uno de los iniciadores de la música de mariachi y que le dio la idea al presidente Pascual Ortiz Rubio.
Algunos registros indican que el nombre de Garibaldi se le dio a esta plaza desde 1909, antes de la llegada de José a México, por lo que sería un homenaje a su abuelo, ¿pero verdad que suena mejor la versión que se refiere al nieto?
Con información de Carlos Tomasini