
Una semana donde más que nunca estuvimos en la línea de fuego, donde al redactar el por qué debemos obtener la acreditación, no pudimos dejar de nombrar a quienes procesan en la eternidad
Ser parte de un laboratorio forense implica ser parte de la nómina y de los encargados de levantar los casquillos que deja la delincuencia tirados en sus ajustes de cuentas, además es tener la capacidad física de resistir turnos agotadores, es aprender a controlar tu cuerpo para que las necesidades básicas no mermen tu trabajo, que tu fuerza mental y emocional tengan un temple de hierro para lidiar con algo tan efímero como la vida y tan certero como la muerte, es llegar preparado a especializar tu profesión y de paso buscar la perfección como lo canta Mary Poppins “practically perfect in every way”, es ser el mejor cuando ya eres el idóneo.
Es sumarte a cuanto curso es posible, muchos pagados de tu bolsillo para conocer las nuevas técnicas y después implementarlas en tu labor diaria, es investigar para proponer nuevas maneras de realizar los procedimientos habituales, es devorar textos para dar con los argumentos correctos para sustentar los dictámenes que llevan tu firma y que en un juicio deberás defender, es buscar el hilo negro.
Hace unos meses en una plática entre turno se planteó la posibilidad de que un organismo internacional nos reconociera como peritos forenses internacionales, lo que nos daría la posibilidad de hacer valido nuestro trabajo en todo el mundo, un sueño bastante lejano dijimos, mas después de conocer la certeza de la muerte ya nada nos parece imposible, no por soñadores, sino por científicos, porque sabemos que lo tangible es lo que se toca.
Uno de los principales requisitos para obtener la acreditación es elaborar cada informe de manera puntual y analítica, que nada escape al ojo experto y que nada brinque al marco jurídico, ser puntuales e incisivos, la experiencia en una ciudad tan violentada como lo es la ciudad de las bajas pasiones, nos ha dado el marco de error que puede corregirse, que se ha pulido y llevado a líneas de investigación con resultados totalmente favorables por algo se nos ha reconocido a nivel nacional y Latinoamérica como los mejores.
Una semana donde la delincuencia se esmeró en ponernos en las calles todo un abanico de delitos diferentes, desde un asalto que salió pésimamente mal hasta una fosa clandestina, pasando por sendas balaceras por conocidas avenidas.
Una semana donde más que nunca estuvimos en la línea de fuego, donde al redactar el por qué debemos obtener la acreditación, no pudimos dejar de nombrar a quienes procesan en la eternidad, a quienes en esta búsqueda de perfección, en esta búsqueda incansable de la verdad, les tocó irse.
Por ustedes, por nosotros, ahora estamos acreditados internacionalmente por la ANAB.