Las conferencias matutinas pudieron ser una herramienta útil de comunicación, pero se convirtieron en un espectáculo predecible y sin valor, señala The Guardian
El diario británico ‘The Guardian’ hizo una crítica a las conferencias matutinas del presidente López Obrador y las comparó con las de Donald Trump asegurando que ambas son “un espectáculo sin ningún valor”.
En un amplio artículo publicado en el diario, se critica la actuación del presidente mexicano durante las conferencias en las que, sea asegura, que el mandatario dedica un buen tiempo en enfrentarse a la prensa, tal como lo hace Trump.
“El líder que se enfrentó a las cámaras no fue Donald Trump. Fue el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador , cuyo gusto por los encuentros con la prensa rivaliza con el de su homólogo estadounidense”, se lee en el artículo.
El texto, se dedica en gran parte, a comparar la actuación de Trump y la de López Obrador.
En un punto se explica, por ejemplo, que el presidente mexicano establece la agenda del día a través de sus conferencias y Donald Trump, por su parte, la establece a través de sus tweets.
The Guardian señala que la diferencia entre ambos mandatarios es que Trump se ha ido enfriando con cada aparición, mientras que la imagen de López Obrador se ha duplicado.
El texto cita a Federico Estévez, profesor de Ciencias políticas del ITAM quien señaló que la realización de estas conferencias son una forma de dominar la agenda informativa del país.
“Funciona igual que funciona para Trump”, dijo.
El artículo asegura que los anuncios de López Obrador abordan asuntos apremiantes para el país, pero que nunca deja de lado hablar de sus oponentes políticos o señalar las deficiencias de los gobiernos anteriores.
“Invoca regularmente valores morales y cita las escrituras bíblicas. Incluso sacó un par de imágenes de santos de su billetera, diciendo que ellas (y la honestidad personal) ayudaron a protegerlo contra el coronavirus”, indica.
De acuerdo con The Guardian, que contactó a periodistas mexicanos, las conferencias pudieron haber sido una herramienta útil de comunicación pero se convirtieron en un espectáculo predecible y sin valor.
“Ocasionalmente se sienten más como eventos de campaña” y el presidente rara vez contesta los cuestionamientos directos”, explica el autor, David Agren.
Con información de López-Dóriga Digital
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