
Esta medida se aplica en algunas instituciones educativas de Estados Unidos, donde se utilizan para prevenir violaciones
A partir de julio de 2016, se puso en marcha la distribución de más de 15 mil silbatos en la Ciudad de México, con los que el gobierno de la ciudad busca combatir el acoso sexual en el transporte público.

Aunque en un inicio el programa solo distribuía los silbatos en la Consejería Jurídica capitalina, ahora es posible obtenerlos en algunas estaciones del metro de la ciudad con un procedimiento que es en realidad muy sencillo.

Al ubicar el módulo, es necesario contar con una identificación oficial pues los encargados del lugar recaban algunos datos entre ellos el domicilio de la interesada y el nombre.
Posteriormente, se pide la ocupación y algún correo electrónico.

Los encargados del módulo de la estación del metro Mixcoac refirieron que, aunque no saben previamente en qué estaciones se instalarán, cada módulo opera de las 09:00 h a las 17:00 h.

Este silbato, que ahora es de color rosa, sirve para identificar cuando una mujer está siendo acosada en el transporte público.
Las usuarias que posean uno, podrán pedir auxilio de los elementos policíacos que se encuentren en la estación o cerca del lugar del incidente.
A la par de los silbatos, es posible utilizar la aplicación Vive Segura o utilizar la página del mismo nombre, en donde se podrán hacer denuncias de hechos de acoso en tiempo real y obtener asesoría en línea.

Esta estrategia es una de las más conocidas en el mundo entero y se conocer como “rape whistle” como Estados Unidos y Canadá donde diversas instituciones educativas reparten estos instrumentos para prevenir agresiones sexuales.

Aunque la mayor parte de las denuncias de mujeres en relación a acoso, en México, se dan por abusos sexuales y violaciones, también es cierto que casi un 20 por ciento de las denuncias también se dan pos hostigamiento y acoso por lo que el uso de una de estas herramientas, si bien podría ser considerado una medida pasiva, podrá utilizarse como una manera de protección barata aunque de bajo impacto.
Por Tania Villanueva