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Más de 150 científicos laureados piden actuar ya para evitar una hambruna global
Área de frutas y verduras en supermercado. Foto de EFE/ Isaac Fontana / Archivo

Más de 150 científicos ganadores de los Premios Nobel o del Premio Mundial de Alimentación (Food Prize) afirman que se necesitan inversiones urgentes en toda la cadena de valor de los alimentos y un gran esfuerzo en investigación para evitar una hambruna global a mediados de siglo.

“No estamos en condiciones de satisfacer las necesidades alimentarias futuras. Ni siquiera estamos cerca de hacerlo”, señalan los firmantes de una carta abierta titulada “Hacia un mundo sin hambre y”, en la que se asegura que “la esperanza” radica en la ciencia.

Entre los que firman la carta están Robert Woodrow Wilson, premio Nobel de Física; Wole Soyinka, premio Nobel de Literatura; Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de Economía, y varios ganadores del Premio Mundial de Alimentación, como Cary Fowler, enviado especial saliente de Estados Unidos para la Seguridad Alimentaria Mundial.

Tras señalar que en la actualidad 700 millones de personas padecen inseguridad alimentaria y son desesperadamente pobres, los científicos premiados aseguran que “por difícil e incómodo que pueda resultar imaginarlo, la humanidad se encamina hacia un mundo aún más inestable e inseguro en materia de alimentación para mediados de este siglo”.

Un “círculo vicioso de conflictos e inseguridad alimentaria” agrava una situación en la que aproximadamente 350 millones de personas no saben de dónde obtendrán su próxima comida y 60 millones de niños menores de cinco años sufren retraso en el crecimiento (discapacidad cognitiva y física de por vida) debido a deficiencias nutricionales.

Los fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático y el crecimiento demográfico -para 2050 la Tierra tendrá mil 500 millones más de habitantes que ahora- contribuyen a un panorama sombrío en materia de producción y acceso a la alimentación, al igual que la erosión del suelo y la degradación de la tierra, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua, las presiones del mercado, los conflictos y las políticas que restringen la innovación, advierte la carta.

Ante esta situación los científicos piden dar prioridad a la investigación y el desarrollo agrícolas y a la difusión de los avances logrados a nivel global.

“La investigación patrocinada por la sociedad será la base de la innovación que impulse un sistema alimentario exitoso en el futuro”, aseguran.

Los esfuerzos para poder “revertir nuestra trayectoria actual hacia un trágico desajuste entre la oferta y la demanda mundial de alimentos” deben ser “definitivos”, “transformadores” y “respetuosos con el planeta” y abarcar “toda la cadena de valor de los alimentos, desde los insumos hasta la producción y la fase posterior a la cosecha”, subrayan.

Entre otros objetivos se plantean la mejora de la fotosíntesis en cultivos como el trigo y el arroz, la fijación biológica del nitrógeno de los principales cereales, la transformación de cultivos anuales en perennes y el desarrollo de cultivos nuevos y olvidados.

También las innovaciones en diversos sistemas de cultivo, la mejora de las frutas y verduras para mejorar el almacenamiento y la vida útil, la creación de alimentos ricos en nutrientes a partir de microorganismos y hongos y el estudio y el desarrollo de estrategias para garantizar que los frutos de estas iniciativas de investigación científica lleguen y beneficien a los más necesitados.

Con información de EFE