Un estudio de la Universidad de Texas en San Antonio sobre la migración contradice lo que precandidatos republicanos dicen en sus discursos.
Dentro de la campaña presidencial estadounidense, el tema de la migración se ha convertido en algo central, en gran medida por las controvertidas declaraciones de Donald Trump.
Un estudio de la Universidad de Texas en San Antonio sitúa el año 2003 con aquel en donde se registró la mayor llegada de migrantes a Estados Unidos desde México. Sin embargo, la crisis económica de 2007 en aquel país, la mejora de la economía mexicana, y el refuerzo de las medidas migratorias han contribuido a un importante descenso de este fenómeno.
El análisis sostiene que entre 2008 y 2012, apenas 819 mil personas cruzaron la frontera; en comparación con 1.9 millones entre 2003 y 2007.
Durante la presidencia de Barack Obama, la vigilancia en la frontera ha alcanzado niveles históricos, pero el efecto que esto ha generado en el descenso de la inmigración ilegal no ha convencido a los precandidatos republicanos.
Tanto Donald Trump, como Marco Rubio y Jeb Bush se han opuesto categóricamente a cualquier medida que regularice a los cerca de 11 millones de indocumentados que viven en Estados Unidos. También rechazan el último decreto de Obama en materia migratoria, mismo que de acuerdo al Instituto de Política Migratoria, podría beneficiar al 87 por ciento de los ‘sin papeles’.
No obstante, el punto principal de la reforma migratoria de Obama permanece bloqueado por una demanda judicial. Por tanto, los programas de apoyo a los padres indocumentados de niños estadounidenses y a los ‘dreamers’ todavía no han entrado en función. En caso de que la justicia dé la razón a Obama, hasta cinco millones de indocumentados en alguna de estas condiciones podrían obtener su permiso de residencia.
Si esta sentencia se da durante la campaña electoral, solo la demócrata Hillary Clinton podrá afirmar que ella ha defendido los intereses de los migrantes mexicanos e hispanos.
Con información de El País.