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El papa Francisco denuncia el aumento de la desigualdad en el mundo
Foto de Archivo

El papa Francisco advirtió hoy que no se puede permanecer inactivo o resignado mientras la pobreza se propaga a grandes sectores de la sociedad y la riqueza “descarada” se acumula en manos de unos pocos privilegiados, con frecuencia acompañada de la ilegalidad y la “explotación ofensiva” de la dignidad humana.

El pontífice hizo estas reflexiones en el mensaje que escribió con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres, que la Iglesia Católica recordará por primera vez el próximo 19 de noviembre bajo el lema: “No amemos de palabra sino con obras”.

El texto, dado a conocer este martes por el Vaticano, invitó a todos los cristianos a cumplir -ese día- acciones concretas a favor de los pobres como, por ejemplo, ir a misa junto a ellos o invitarlos a la propia casa a comer como huéspedes de honor, ya que ellos “pueden enseñar a vivir la fe de manera más coherente”.

El papa Francisco denuncia el aumento de la desigualdad en el mundo - papa-francisco-1
Foto de Huffington Post

“Si deseamos ofrecer nuestra aportación efectiva al cambio de la historia, generando un desarrollo real, es necesario que escuchemos el grito de los pobres y nos comprometamos a sacarlos de su situación de marginación”, escribió Jorge Mario Bergoglio.

Instó a los fieles a no pensar en los pobres como los destinatarios de una buena obra de voluntariado para realizar una vez a la semana y, menos aún, de gestos improvisados de buena voluntad para tranquilizar la conciencia.

Aunque reconoció que esas experiencias pueden ser “válidas y útiles” para sensibilizarse sobre las injusticias, deberían llevar a un verdadero encuentro con los pobres que haga de la solidaridad un estilo de vida.

“Estamos llamados, por lo tanto, a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades”, estableció.

Precisó que la pobreza tiene “muchas caras de dolor” marcadas por la marginación, la opresión, la violencia, la tortura, la guerra, la privación de la libertad, la ignorancia y el analfabetismo, la emergencia sanitaria, la falta de trabajo, el tráfico de personas, la esclavitud, el exilio, la miseria y la migración forzada.

El papa Francisco insistió que ese flagelo tiene el rostro de mujeres, hombres y niños “explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero”.

La pobreza, replicó, inhibe el espíritu de iniciativa de muchos jóvenes impidiéndoles encontrar un trabajo, adormece el sentido de responsabilidad, alimenta la búsqueda de los favoritismos y humilla el mérito de quien trabaja.

Además, precisó que se trata de un mal fruto de la injusticia social, la miseria moral, la codicia de unos pocos y la indiferencia generalizada.

Empero, también destacó las cualidades de vivir en la pobreza por propia voluntad: ayuda a tener un corazón humilde y a superar la tentación de omnipotencia, que engaña haciendo creerse inmortal.

“La pobreza es una actitud del corazón que nos impide considerar el dinero, la carrera, el lujo como objetivo de vida y condición para la felicidad”, dijo.

“Es la pobreza, más bien, la que crea las condiciones para que nos hagamos cargo libremente de nuestras responsabilidades personales y sociales, a pesar de nuestras limitaciones, confiando en la cercanía de Dios y sostenidos por su gracia”, apuntó el papa Francisco.

Redacción