Si Trump continúa las mismas políticas de su primer mandato, hay pocas esperanzas de mejorar las relaciones entre EE.UU. e Irán
Por Rodrigo Aguilar Benignos
Analista internacional, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU.
Durante los primeros cuatro años de su presidencia (2016-2020), Trump implementó políticas hostiles hacia Irán que impactaron significativamente en el Medio Oriente. Con su regreso a la presidencia de los Estados Unidos el 20 de Enero de 2025, surge una pregunta importante: ¿cuáles serán sus políticas y acciones hacia Irán? ¿Seguirá el mismo camino que antes o adoptará un nuevo enfoque?
Un análisis de las políticas pasadas de Trump revela que su objetivo principal fue reducir la influencia de Irán en el Medio Oriente y debilitar su economía mediante medidas como la retirada del acuerdo nuclear con Irán (JCPOA), la imposición de sanciones económicas más severas, la designación del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) como organización terrorista y, lo más destacado, la orden del asesinato del general Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds. Estas acciones aumentaron las tensiones diplomáticas y militares entre ambos países. Ahora que Trump regresa a la Casa Blanca, enfrenta varias decisiones cruciales con respecto a Irán, cuyas consecuencias podrían afectar significativamente la seguridad en el Medio Oriente. Sus posibles opciones, basadas en su presidencia anterior, incluyen:
Regreso al acuerdo nuclear con Irán (JCPOA)
En Mayo de 2018, Trump retiró unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán (JCPOA), calificándolo como un acuerdo ineficaz que acercaba a Irán al desarrollo de armas nucleares. Desde la perspectiva iraní, esta acción fue una clara violación de los compromisos internacionales de Estados Unidos. La reimposición de sanciones tras la salida del JCPOA colocó a Irán bajo una intensa presión económica. Durante las recientes elecciones estadounidenses, Trump declaró en múltiples ocasiones que, si Irán garantiza que no está buscando una bomba nuclear, estaría dispuesto a negociar y alcanzar un nuevo acuerdo. Observadores internacionales ahora esperan ver si cumplirá con estas declaraciones una vez en el cargo.
Campaña de máxima presión contra Irán
Tras salir del JCPOA, Trump lanzó la estrategia de “máxima presión”, que implicó la imposición de extensas sanciones económicas a Irán. Estas sanciones, dirigidas a las exportaciones de petróleo y transacciones financieras, afectaron gravemente la economía iraní, particularmente la vida de los ciudadanos comunes. Sin embargo, la política no logró frenar las actividades regionales de Irán, su influencia a través de grupos proxy, ni sus programas nucleares y de misiles, una realidad reconocida por Robert Malley, enviado especial de Estados Unidos para Irán, durante una audiencia en el Senado en 2022 sobre negociaciones nucleares. Aunque Trump también reconoce este resultado, culpa a su rival electoral, Joe Biden. El gobierno iraní ha expresado su disposición a negociar si se levantan o alivian las sanciones económicas, ya que la inversión extranjera es crucial para su desarrollo económico. Muchos iraníes argumentan que las sanciones estadounidenses han perjudicado más a la población que al propio gobierno.
Designación del IRGC como organización terrorista
En Abril de 2019, la administración Trump designó al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) como una organización terrorista extranjera, marcando la primera vez que una rama militar de un país era oficialmente etiquetada como organización terrorista por Estados Unidos. A menos que Washington revierta esta decisión, cualquier mejora significativa en las relaciones con Irán parece poco probable.
Asesinato del general Qassem Soleimani
Uno de los eventos más significativos durante la presidencia de Trump, y un gran obstáculo para cualquier futuro acuerdo con Irán, fue su orden directa para el asesinato del general Qassem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del IRGC. Esta operación tuvo lugar en Enero de 2020 en el aeropuerto de Bagdad. Irán sostiene que Soleimani fue una figura clave en la lucha contra ISIS y argumenta que su asesinato carecía de justificación legal. Ampliamente considerado como la figura militar iraní más popular del último medio siglo, la muerte de Soleimani ha dejado a muchos iraníes profundamente resentidos con Trump.
Parece que la república islámica espera al menos una disculpa de Trump por esta acción como una condición previa para cualquier diálogo significativo.
Apoyo a las protestas internas en Irán
En Noviembre de 2019, durante las violentas protestas en Irán provocadas por el aumento de los precios de la gasolina, que resultaron en víctimas entre los manifestantes, Trump expresó su apoyo a los protestantes, refiriéndose a ellos como “valientes”. A través de varias declaraciones y tuits, declaró que Estados Unidos estaba con el pueblo iraní y apoyaba las protestas. Irán ha visto consistentemente el apoyo estadounidense a su oposición como una amenaza a la seguridad nacional y ha dejado claro que cualquier futura negociación debe incluir garantías de que Estados Unidos no buscará un cambio de régimen. Esta sigue siendo una demanda clave de Irán en el contexto del nuevo mandato de Trump.
Conclusión
En resumen, si Trump continúa las mismas políticas de su primer mandato, hay pocas esperanzas de mejorar las relaciones entre ambos países y es probable que se intensifiquen las tensiones bilaterales y regionales. Sin embargo, si Estados Unidos muestra disposición a levantar o aliviar las sanciones, podría haber una posibilidad de mejoras limitadas en las relaciones. A cambio, Irán podría ofrecer garantías sobre sus actividades nucleares bajo el marco de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y proporcionar seguridades a Washington de no representar amenazas para las fuerzas estadounidenses o sus aliados en el Medio Oriente, allanando potencialmente el camino para un acuerdo bilateral.