
Emite Congreso brasileño un informe en donde recomienda avanzar proceso con miras a su destitución
El Congreso de Brasil ha dado el primer paso hacia un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, con la presentación de un informe en el que se recomienda avanzar hacia un proceso con miras a su destitución.
El informe, redactado por el diputado Jovair Arantes, quien actúa como instructor de una comisión especial de la Cámara Baja, supone apenas el primero de los escalones del proceso que definirá si Rousseff responderá a un juicio político.

Como la denuncia contiene todas las condiciones jurídicas y políticas necesarias para su admisión, concluye el instructor por la aceptación jurídica y política de la acusación y por la consecuente autorización para la instauración, en el Senado, del proceso por crimen de responsabilidad” contra la mandataria, indicó Arantes.
Las acusaciones formuladas por la oposición dicen que Rousseff incurrió en maniobras contables para maquillar los resultados del gobierno en 2014 y 2015, modificar presupuestos mediante decretos y acumular deudas y contratar créditos con la banca pública, pese a que la legislación lo prohíbe.
Todo eso, según la parte acusadora, constituye “delitos de responsabilidad”, que la Constitución brasileña contempla entre las causas que pueden llevar a la destitución de un mandatario.

El gobierno rechaza eso y tanto Rousseff como sus seguidores anunciaron a los cuatro vientos que un proceso con miras a su destitución en ausencia de un “delito de responsabilidad” es un “golpe”.
Sin embargo, el propio instructor insistió en que “un proceso de ‘impeachment’ no es un golpe de Estado”, pues es realizado por el Parlamento, de acuerdo con las normas establecidas en la Constitución y ratificadas en diciembre pasado por el Tribunal Supremo.
De acuerdo con el instructor, las maniobras mediante las cuales el gobierno contrajo deudas con los bancos públicos para financiar sus gastos corrientes sin reflejarlas en los balances fiscales sí constituyen un “delito de responsabilidad”.
“Ante todas las consideraciones jurídicas y políticas, estoy convencido de que las conductas atribuidas a la presidenta, si confirmadas, no representan actos de poca gravedad o de simple tecnicismo contable, presupuestario o financiero”, aseguró.
Si la comisión respalda por mayoría simple el informe, tomará la palabra el pleno de la Cámara de Diputados, en el que la oposición necesitará de una mayoría calificada de 342 votos, sobre un total de 513, para aprobarlo.
En caso de que reciba el visto bueno de los diputados, el informe seguirá al Senado, cuyos miembros decidirán por mayoría simple si se debe iniciar un juicio político en esa cámara legislativa.
Si la iniciativa de la oposición es aprobada también en esa instancia, Rousseff deberá dejar el cargo por un plazo de 180 días, que será el tiempo que el Senado tendrá para culminar el proceso.
En caso de llegarse a ese extremo, la mandataria será sustituida durante ese período por el vicepresidente Michel Temer, miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que la semana pasada decidió romper con el gobierno.
Con información de EFE