
Presentamos análisis de cómo se evalúa el desempeño docente en los países mejor calificados en educación en el mundo
La Reforma Educativa en México en 2013 ha traído consigo una múltiple discusión en su punto más polémico: los instrumentos que se pretenden como mecanismo de evaluación a todos los maestros de educación pública en nuestro país. Ello ha dado paso a las protestas recalcitrantes (algunas de ellas, marcadas por la violencia) en la disidencia magisterial, quienes piden además no se les quiten lo que consideran como sus derechos (otros puntos también incluyentes en dicha reforma).
Sin embargo, estos problemas no son exclusivos de México. Docentes de otros países han mostrado, así como en nuestro país, su rechazo a este tipo de iniciativas. Baste recordar hace una década, cuando ocurrieron las movilizaciones en Chile, antes de que en el 2006 se aprobara una medida similar, igualmente cuestionada.
Pero una realidad que enmarca a las políticas públicas es que la mayoría de los países con buenos resultados educativos mantienen sistemas de evaluación a sus profesores, así señaló al medio BBC Mundo Cristián Cox Donoso, experto en estrategia docente de Oficina Regional de Educación de la Unesco para América Latina y el Caribe.
En Asia la evaluación es obligatoria
Comenzando el recorrido en el mundo, tenemos los casos de Shanghái, Singapur, Hong Kong y Japón, países quienes encabezan el más reciente informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), instrumento evaluativo realizado con el que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) compara el desempeño en matemáticas, ciencia y lectura de medio millón de alumnos de 15 años en 65 países.

En Shanghái, como en el resto de la República Popular China, existe un complejo sistema destinado a medir la calidad de sus profesores. Los criterios generales educativos están establecidos a nivel nacional, se detallan a nivel local y es cada escuela la encargada de llevar a cabo las evaluaciones.
Además, en China suele medirse “la integridad profesional o los valores” del maestro, con lo cual da la oportunidad de valorar demás cualidades del docente, más allá de sus habilidades y capacidades.
Por otra parte, el proceso incluye la autoevaluación, cuestionarios a los colegas, a los alumnos y a los padres, y toma en cuenta los premios que el docente haya podido recibir y los resultados académicos de sus alumnos. Y los resultados van directamente al gobierno central.
“El reto en China es redefinir el sistema para hacerlo más científico”, escribe Vivien Stewart como una de las conclusiones de la cumbre de la profesión docente, organizada por la Sociedad Asia en 2013, retomada por BBC Mundo.
El informe hace mención del sistema de evaluación de maestros de otro de los países en los primeros puestos del informe PISA: Singapur, con su denominado “Sistema de Gestión de la Mejora del Rendimiento”.

En este país asiático, la evaluación es obligatoria desde 2005 para todos los maestros, quienes deben someterse a ella cada año. Es llevado a cabo en cada centro escolar, y analiza no solo los resultados académicos de los alumnos, sino también toma en cuenta las iniciativas pedagógicas que el maestro pone en marcha, así como las contribuciones a sus colegas y su relación con los padres de los alumnos y con las organizaciones comunitarias, volviéndola uno de los instrumentos.
Este sistema busca que el maestro trace su propio plan para el curso, y que este sea revisado por el director o el subdirector tres veces al año.
De la misma manera, en Japón, uno de los países por antonomasia reconocidos por la cultura y educación en sus habitantes, cada maestro establece sus objetivos, revisados y apoyados con el vicedirector y el director al principio del año, y al finalizar el curso evalúa hasta qué punto los ha alcanzado.
Durante el ciclo escolar, en el curso las lecciones son supervisadas por grupos de profesores, y a veces por investigadores y políticos vía video, quienes deben analizar la planificación de las clases, los objetivos concretos logrados, así como las dificultades tenidas y las equivocaciones cometidas.
Por su parte, en Hong Kong, las escuelas también llevan a cabo evaluaciones anuales, que luego son revisadas entre cada tres y seis años por el gobierno.

Informales y basados en la confianza
No obstante, no todos los sistemas de evaluación docente que han mostrado eficacia están definidas a partir de mecanismos tan formales ni están definidos desde instituciones federales.
Por ejemplo, en Finlandia, país que ha perdido posiciones en los últimos informes PISA pero que sigue siendo un importante referente educativo a nivel internacional, la forma en que mide el desempeño de los profesores es mucho más informal.

Fue a inicios de la década de los noventa cuando el país escandinavo abolió el sistema de inspección escolar, por lo que, hoy en día, la evaluación se lleva a cabo en cada centro escolar, basados en conversaciones entre el propio maestro y su director. “Es un modelo basado en la confianza”, matiza Paulo Santiago, analista de la Dirección de Educación y Capacidades de la OCDE.
Esto quiere darnos una idea que, en educación, no hay un sistema que sirva de referente para todos, coinciden los expertos consultados por BBC Mundo. “Hay que adaptarlo al contexto”, subraya Santiago.
En tanto, hay que comprender cuál es el objetivo a lograr en las evaluaciones del magisterio: es decir, saber si el fin es medir la calidad de la enseñanza en cada aula e identificar a los docentes que no desempeñan su labor como se espera, o, por el otro lado, si el objetivo es ofrecer una crítica constructiva a los docentes para que avancen en su carrera.
No obstante, se puede también señalar que para que un modelo de evaluación funcione, se debe cumplir con las siguientes características, que, en general, los expertos en educación concluyen: los estándares de medición deben estar bien establecidos, los maestros deben conocerlos y quienes los evalúan deben estar bien formados.
América Latina
En América Latina, el país que lleva más años evaluando a sus maestros es Chile. Dicha medida, aprobada en 2006 “tras una larga negociación con los sindicatos y ahora, con la promulgación de la Ley de la Carrera Docente este año, no solo se evaluará a los maestros del sistema público, sino también a los demás”, explica a BBC Mundo Cox Donoso.

Dicho proceso en el país sudamericano incluye la revisión del portafolio del maestro, documentación sobre una unidad didáctica y la grabación de una clase de duración de 40 minutos, así como una autoevaluación y las posteriores conclusiones de una entrevista con un evaluador e informes de referencia del director o subdirector. Todo ello revisado bajo un sistema informático y que calcula el desempeño docente.
Dicho informe es remitido a la Comisión Comunal de Evaluación, que determina si los docentes ejercen un incentivo monetario, seguir ejerciendo hasta ser reevaluados o realizar, si es requerido, un Plan de Superación Profesional. Así, si el docente no mejora en próximas evaluaciones, entonces puede ser obligado a dejar de ejercer.

Además de Chile y del polémico planteamiento de México, Colombia también ha puesto en marcha un proyecto piloto de evaluación docente, mientras que Perú ha llevado a cabo el primer proceso 2015, informa Cox.
“La política de profesionalización docente supone inevitablemente implementar la evaluación de maestros”, concluye el experto. “Aunque esta no puede ser estandarizada”, concluye, como lo señalan los maestros en México.
Con información de BBC