
El gobierno de Xi Jinping buscará con el proyecto “Cinturón y Ruta” estatura global para empatar su éxito económico sin líderes de Occidente
El presidente de China expresó el lunes sus planes ambiciosos para que los gobiernos asiáticos y europeos trabajen de forma más estrecha en finanzas, seguridad y una amplia gama de temas dentro de una iniciativa comercial liderada por Beijing.

El proyecto “Cinturón y Ruta” es la iniciativa extranjera más grande de China con la que Beijing busca estatura global para empatar su éxito económico. La iniciativa pide ampliar el comercio en Asia, África y Europa con inversiones en puertos, ferrocarriles y otras infraestructuras, pero hay gobiernos como los de Rusia, Washington e India que están inquietos porque Beijing también lo está usando para ganar influencia política.
El presidente Xi Jinping ofreció un discurso el lunes mientras mandatarios de 30 países pusieron fin a una cumbre de dos días para promocionar la iniciativa. Aseguró que el proyecto “no tiene una agenda política”, pero expresó la oportunidad de que los gobiernos formen parte en la iniciativa que coordinará la política financiera, en seguridad, tecnología y educación, áreas donde el estatus de China como economía más grande de Asia le permitirían dominar.
“Esperamos que a través del desarrollo de la Iniciativa de Cinturones y Carreteras demos paso a nuevas fuerzas para el crecimiento económico mundial”, dijo Xi a los reporteros en un centro de conferencias en las colinas en el norte de la capital china.
La reunión de dos días incluyó al presidente ruso Vladimir Putin y al turco Recep Tayyip Erdogan. También acudieron los líderes de Italia, Hungría, Grecia, Kenia y la mayoría de los vecinos asiáticos de China. No hubo líderes importantes de Occidente.

Gran Bretaña, Francia y Alemania fueron representadas por funcionarios de comercio o finanzas. Estados Unidos mandó una delegación encabezada por el encargado de los temas de Asia del Consejo Nacional de Seguridad.
Un comunicado conjunto emitido por los líderes parecía elaborado con el fin de disipar los temores de que Beijing está tratando de crear un bloque dominado por China y reescribir las normas del comercio mundial.
Decenas de proyectos que forman parte de la Iniciativa de Cinturones y Carreteras _incluso vías ferroviarias y plantas de energía_ han sido lanzados desde que Xi presentó la iniciativa en 2013. La mayoría están financiados con préstamos de bancos estatales chinos, pero las autoridades han expresado su esperanza en que los proyectos atraigan a inversionistas privados.
Convoca a una “integración económica”
El presidente chino aseguró el domingo que su gobierno “no tiene ningún deseo de imponer” su voluntad a los demás, pero convocó a otros gobiernos a una “integración económica” y a la cooperación en los campos de la regulación financiera, el antiterrorismo y la seguridad, en un mundo donde China _como la segunda economía mundial_ busca convertirse en un actor cada vez más dominante.

Xi Jinping habló en Beijing durante su discurso inaugural de la conferencia “Cinturón y Ruta de la Seda” que durará dos días y a la que asisten los gobernantes de 29 naciones, entre ellos Vladimir Putin, de Rusia.
La conferencia sirve como una plataforma de impulso a la llamada “Iniciativa de Cinturones y Carreteras”, una ofensiva de Xi en política exterior. Representa un intento más del presidente chino para promover su imagen como líder mundial y defensor del libre comercio, en contraste con el presidente de Estados Unidos Donald Trump, quien ha pedido restricciones a las importaciones en su país.
La iniciativa pretende vincular a China con gran parte de Asia, Europa y África y promete miles de millones de dólares para proyectos con los que Beijing podría aumentar su influencia global.

La iniciativa requiere la construcción de puertos, ferrocarriles y otras instalaciones en un vasto arco de 65 países. Otros países han acogido la inversión con beneplácito, pero gobiernos como Estados Unidos, Rusia e India han expresado su inquietud por el hecho de que Beijing también esté utilizando el esfuerzo para aumentar su estatura política.
Algunos diplomáticos y analistas políticos dicen que Beijing está tratando de crear una red política y económica centrada en China, expulsar a Estados Unidos de la región y reescribir las normas sobre comercio y seguridad. Estados Unidos y Japón _que Beijing considera como rivales de influencia en Asia_ no forman parte de la “Iniciativa de Cinturones y Carreteras”.
China y Rusia ya son socios, junto con los gobiernos de Asia Central, en la Organización de Cooperación de Shanghai, un grupo de seguridad visto ampliamente como un intento por contrarrestar la influencia estadounidense en la región.
Xi dijo que China podría contribuir con 100.000 millones de yuanes (14.500 millones de dólares) al Fondo de la Ruta de la Seda establecido en 2014 para financiar proyectos de infraestructura y proporcionar asistencia por 60.000 millones de yuanes (8.700 millones de dólares) a los países en desarrollo y organizaciones internacionales que participen en la iniciativa tendente a reactivar una antigua ruta comercial.
Dos bancos chinos también presentarán programas de créditos por 380.000 millones de yuanes (55.000 millones de dólares) para apoyar la iniciativa, informó Xi.
“Debemos fomentar una visión de seguridad común, integral, cooperativa y sostenible”, dijo Xi. Pidió una mayor acción contra el terrorismo y lo que llamó sus causas fundamentales: la pobreza y la injusticia social.
“Debemos construir una plataforma abierta de cooperación y sostener y desarrollar una economía mundial abierta”, declaró Xi.
A pesar de los pronunciamientos públicos de China a favor del libre comercio, Beijing se topa con cada vez más denuncias de que obstruye o reduce a las compañías extranjeras el acceso al mercado de la segunda economía más grande del mundo.
Washington está representado en la conferencia por una delegación encabezada por Matt Pottinger, asistente especial del presidente y director sénior para el Este de Asia en el Consejo de Seguridad Nacional.
En la nueva visión china, todos los caminos llevan a Beijing
China procurará solidificar la estatura de su presidente Xi Jinping como estadista en un encuentro internacional enfocado en una política económica que busca crear un nuevo orden mundial en el que todos los caminos conducen a Beijing.
El Foro One Belt, One Road (Una Franja, Una Carretera) que se inauguró el domingo, da a China una nueva oportunidad de promover la figura de Xi en la escena mundial con miras al congreso del Partido Comunista de este año y es una forma de alimentar las expectativas de la población china de ver crecer el status y el prestigio del país.
“Xi es visto hoy como un líder de talla mundial, que genera gran influencia y respeto internacionalmente y eso sin duda aumentará su atractivo en China”, comentó Joseph Cheng, analista de la política china y ex profesor de la Universidad de Hong Kong, hoy jubilado.
Se espera la presencia de los líderes de 28 naciones, incluido los presidentes ruso Vladimir Putin y filipino Rodrigo Duterte. El dirigente occidental más prominente será el primer ministro italiano Paolo Gentiloni.
Otras naciones occidentales estarán representadas por funcionarios de menor rango, en parte como consecuencia de la preocupación de que China esté tratando de exportar su visión sobre los derechos humanos, el medio ambiente y la transparencia del gobierno, al tiempo genera niveles de endeudamiento insostenibles en países pobres.
El foro busca no solo impulsar la visión china en el exterior sino también reforzar la imagen de Xi en su tierra.
El encuentro de dos días girará en torno a un ambicioso plan de Xi de crear una enorme red de puertos, ferrocarriles y carreteras para expandir el comercio con Asia, África y Europa.
Xi “está impulsando su visión. Los líderes tienen que ser visionarios y él está mostrando su esperanza en el futuro económico (de China) al promover un plan económico muy importante”, declaró el ex embajador de Estados Unidos en China Max Baucus a la Associated Press. “Creo que lo va a ayudar mucho de cara al próximo congreso del partido”.
El PC realiza su congreso quinquenal este año, en el que Xi supervisará la incorporación de sangre joven a los máximos organismos estatales, sobre todo el Comité Permanente del Politburó. Xi trepó al a cima de la estructura política china en medio de un sistema muy competitivo, lleno de facciones y rivalidades, hasta tomar las riendas del partido en el 2012, y ha ido acumulando mucho más poder que el de sus predecesores en áreas como las fuerzas armadas, la seguridad interna y la economía.
Ha revivido asimismo la vieja tradición de campañas políticas llenas de consignas, predicando el “Sueño Chino” de prosperidad y rejuvenecimiento nacional, impulsando la lucha contra la corrupción y combatiendo la infiltración de valores democráticos occidentales.
En el ámbito internacional, presidió un encuentro del foro de Cooperación Económica de Asia y el Pacífico y una edición de la conferencia del G-20 de naciones industrializadas. En enero afirmó ser un ferviente creyente en la globalización y el libre comercio durante el Foro Económico Mundial de Davos. Su postura contrastó con la prédica proteccionista del presidente estadounidense Donald Trump.
Su iniciativa de Una Franja, Una Carretera es un capítulo aparte.
Busca consolidar a China como la potencia dominante de Asia, cuya cultura y economía han sido muy influenciadas por África y Europa. Y refleja el profundo orgullo que sienten los chinos por su explosivo crecimiento económico y su influencia política cada vez más fuerte, tras un siglo de humillaciones a manos de otros países que culminaron con la revolución comunista de Mao Zedong en 1949.
El proyecto es parte de una firme política exterior que ha consolidado el reclamo chino sobre el Mar del Sur de China y afianzado al Banco Asiático de Desarrollo de Infraestructura como una institución global, a la par del Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo y el Fondo Monetario Internacional.
A diferencia de los foros de la APEC y Davos, puede generar contratos por miles de millones de dólares, ampliando el alcance económico de China y apuntalando la imagen de Xi. El Banco Asiático de Desarrollo dice que la región, en la que vive el 60% de la población mundial, necesita invertir más de 26 billones de dólares en infraestructura para el 2030 para mantener el crecimiento económico.
“China no solo tiene los recursos, que son vitales, sino también la visión, el deseo y una estrategia para proyectarse internacionalmente”, afirmó el embajador de Afganistán Janan Mosazai a la AP.
Hay quienes dicen que la iniciativa de Xi es un arma de doble filo, ya que involucra muchos proyectos de dudoso valor y numerosas naciones con economías débiles y una capacidad de crecimiento limitada, en las que abunda la corrupción. Todo esto deja abierta la posibilidad de que las enormes inversiones generen escasos dividendos y grandes pérdidas a los bancos estatales chinos que financian estos proyectos.
El analista político Hu Xingdou, por otro lado, cree que China debería “priorizar las inversiones en el país, no afuera, porque ello podría demorar el desarrollo interno”.
“Es fácil regalar dinero”, sostuvo Cheng. “Pero China tiene que demostrar que estos proyectos son sólidos y cuentan con los conocimientos necesarios para sacarlos adelante”.
Redacción