
Mitsubishi destacó que ni siquiera sabe si sus empleados sabían que estaban cometiendo una práctica fraudulenta
Este martes, el escándalo de Mitsubishi, que falseó datos de pruebas sobre consumo de combustible para varios modelos de vehículos, alcanzó nuevas dimensiones, luego de que la empresa admitiera que ha realizado esta práctica desde hace 25 años.
Inicialmente, se dio a conocer que las pruebas con datos inexactos afectaban a 157 mil de sus camionetas eK y turismos eK Space, así como a 468 mil Dayz Roox producidos para Nissan Motors Co., pero estas cifras podrían ser solo el principio.
“Para el mercado doméstico, hemos estado utilizando este método desde el año 1991”, informó en conferencia de prensa, Ryugo Nakao, vicepresidente de Mitsubishi.

Hasta ahora, la empresa sigue asegurando que el escándalo únicamente afecta a vehículos en Japón, e informó que detuvo la producción y venta de los modelos implicados.
Asimismo, destacó que ni siquiera tienen el conocimiento de si sus empleados sabían que estaban cometiendo una práctica fraudulenta.
“Ni siquiera estamos seguros de si en un principio (los empleados) eran conscientes de que el método era erróneo. Podría ser que al comienzo pensaran que las pruebas eran correctas y después esta idea simplemente se transmitió y otros lo hicieran sin cuestionar por qué”, admitió Tetsuro Aikawa, presidente de Mitsubishi Motors.
La empresa explicó que luego de que las autoridades japonesas cambiaron la normativa en el país asiático, no modificó sus pruebas, y siguió utilizando las empleadas en Estados Unidos, donde consideran principalmente la conducción por carretera y a mayor velocidad, mientras que en Japón la premisa es la de reflejar una conducción en la ciudad, más lenta y pausada, que implica un aumento del consumo de combustible.
“Sólo puedo pedir perdón”, expresó reiteradamente Aikawa.
De igual manera, la compañía reveló que entregó un reporte preliminar sobre el escándalo al Ministerio de Transporte de Japón, dependencia que inspeccionó las instalaciones de un centro técnico del grupo en Okazaki.
Debido a la investigación, la empresa estableció un comité integrado por tres fiscales desvinculados a Mitsubishi que inspeccionarán el caso durante los próximos tres meses.
Hasta ahora, la compañía no ha dado a conocer cómo serán compensados los clientes afectados, pero se estiman elevados costos, ya que también deberá indemnizar a los dueños de vehículos vendidos por Nissan y al Gobierno japonés, el cual ha otorgado apoyos fiscales a empresas que ofrecieran vehículos de bajo consumo en los últimos años.
Este martes, las acciones de Mitsubishi cayeron un 9.58 por ciento, lo que confirma que el valor de las mismas se ha desplomado prácticamente en un 50 por ciento desde el escándalo.
Con información de El País