
El egipcio Hamadtou encontró en el tenis de mesa la forma de salir de su depresión tras perder los brazos, jugando con la boca y sus pies
Para Ibrahim Hamadtou el tenis de mesa no solo significa una oportunidad de conseguir una medalla en estos Juegos Paralímpicos, sino una forma de recuperar la alegría de vivir tras perder sus dos brazos en un accidente.

Y es que cuando cumplió 10 años, el egipcio se encontraba esperando un tren en la estación de Dumyat, cuando la multitud comenzó a agolparse terminando él entre la pared y el tren, lo que le cercenó los brazos.
Fue entonces que pasó 3 años deprimido, hasta que llegó a un club de tenis de mesa, donde una persona le dijo que no podría jugar, tras lo que decidió tomárselo como reto.
Para lograrlo, primero intentó jugar con sus axilas, sin embargo después lo intentó con la boca, deteniendo la paleta con los labios y dientes, mientras que acomodaba la paleta con el muñón de su brazo derecho.
Hacer el saque es el momento en que lo tiene más difícil, pues tiene que lanzar la pelota al aire con los pies para impactarla con la boca lo más fuerte posible con un movimiento de su cuello.
El egipcio, de 43 años, tiene el mérito, además de no llegar a Río por invitación, sino que llegó al terminar en el segundo puesto del torneo clasificatorio de Marruecos.
Hamadtou, pese a ser eliminado de la competencia se dijo feliz con participar, y poder recorrer el mundo jugando. “Estoy feliz de estar aquí. Mi objetivo es recorrer el mundo con la paleta en mi boca y dejarle un mensaje a todos”.
Con información de La Nación