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Grandes anécdotas del Clásico
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La estrellita

Previo a un partido amistoso, Jorge Vieira, técnico del América, citó a una reunión al equipo que se encontraba concentrado en un hotel. Sin embargo, Antonio Carlos Santos no fue. “Me sentía estrellita” comentó el ex jugador de las Águilas. El entrenador, molesto, fue a tocar a la habitación de Santos pero este no abrió. Entonces, fue a pedir la llave para ingresar al cuarto.

-¡Estás retrasado 15 minutos!- vociferó Vieira

-¡Sí, chinga! Pero sin mí no va a poder jugar… -advirtió el jugador

Al terminar la reunión, el entrenador dio la alineación para el partido y no puso como titular a Santos. “Para que dejes de joder con que eres estrella, nosotros podemos sin ti” sentenció Vieira.

Cuál sería el giro del destino, que a los 25 minutos del partido, Chivas ganaba 2-0. Entonces, Vieira llamó a Santos para que ingresara a la cancha como diciendo “Vale madres, cabrón, entra”.

El jugador puso dos pases para gol y anotó un tanto más para que el América remontara y se llevara la victoria 3-2.

Las bodas de Beenhakker

La noche anterior al Clásico en el Azteca de la temporada 1995-96, el entrenador de Guadalajara, Leo Beenhakker dijo muy seguro “Mañana vamos a ganar”. Los jugadores le preguntaron por qué lo afirmaba y este explicó “porque están festejando una boda en el hotel”. Ante la incredulidad del equipo, el entrenador holandés comentó que cada vez que había una fiesta de matrimonio antes de un juego, su club se llevaba la victoria. Al día siguiente la cábala se cumplió pese a que Chivas perdía 2-0, los rojiblancos le dieron la vuelta al marcador para imponerse 3-2.

Vergara no cumplió

Otra noche previa a un Clásico, Cuauhtémoc Blanco reunió a todos los jugadores en una habitación del hotel donde se concentraban. “¿Saben qué? Acabo de apostar con Jorge Vergara: si ganamos, él va a venir al vestidor y me va a felicitar; pero si perdemos, voy a tener que ir a su vestidor y voy a felicitarlo allí…¡yo no quiero ir a su vestidor, así que échenle ganas!”

El equipo cumplió con su líder y ganaron 1-0. Sin embargo, Vergara no se apareció por el vestidor americanista. “No vino, no ha venido y no vendrá” dijo el Temo y la apuesta quedó sin pagarse.

Nocaut al Jamaicón

José “El Jamaicón” Villegas, integrante de las Chivas, sufrió un fuerte golpe en los primeros años de este Clásico. “Fue una lucha de todos contra todos. Me estaba pelando con Alfredo del Águila y entonces llegó Manuel Camacho y me mandó a dormir un ratito con el golpazo”. Villegas fue a dar al hospital del impacto que le ocasionó una fractura en la mandíbula, cosa que poco le importó, pues aunque no pudo comer durante un tiempo, este defensa se llevó la satisfacción de ver la victoria de su equipo 2-0 “con tan solo 9 hombres”.

Ganar esta en Ruso

En la final de la campaña 1983-84, en el medio tiempo del juego de vuelta realizado en el estadio Azteca el marcador estaba 0-0 (en la ida había quedado 2-2). Carlos Reinoso como entrenador americanista, se acercó a Daniel “El Ruso” Brailovsky justo cuando salían del vestidor, lo tomó del cuello y le dijo “¡cabrón este partido lo vas a ganar tú!”. Braillovsky reconocío que “Reinoso era muy inteligente para motivarte de forma especial”. Y vaya que tuvo razón. Este delantero argentino participó en tres jugadas que culminaron en gol y le dieron el campeonato a los azulcrema. “De esa final, la gente sigue hablando hoy” destaca “El Ruso”.

Lo espantan con pistola

Era el Clausura 2004 y el América visitaba a las Chivas. En el palco del estadio Jalisco se encontraba el presidente de las Águilas, Javier Pérez Teuffer. Le llovió cerveza tras festejar el gol con el que su equipo ganó 1-0 pero él solo se río con sus acompañantes. Entonces los del palco de a lado no lo dejaron salir, hasta le mostraron una pistola. El directivo convenció al joven que portaba el arma que lo dejara ir. “A la mejor fue una técnica dilatoria de Vergara porque tardamos media hora” resalta Pérez Teuffer quien había acordado una apuesta con el dueño de Chivas pero este, de nuevo, no cumplió con su palabra. “El masajista traía una playera que decía ‘Los mariachis callaron… y las Chivas también’, así que me la puse y con esa salí a dar la conferencia de prensa para que ese educaran esas Chivas”

Aprendiendo a compartir

Después de un Clásico se realizó una concentración para la selección mexicana que por ese entonces dirigía Manuel Lapuente. Camilo Romero, de Chivas, y Raúl Rodrigo Lara, de América, fueron designados para compartir la habitación del hotel. Lo peor fue que también tenían que compartir la cama. “Nomás para fregarlo, me lavé los dientes con su cepillo…él no se enteró, se lo comenté hasta después que pasó tiempo porque terminamos forjando una gran amistad” confesó Romero.

Marcó con la pompa…

En esos días de la temporada 1992-93, América había practicado una jugada: Hugo Sánchez cobraría un tiro libre hacia un extremo de la barrera, donde estaba un compañero suyo se quitaría para sorprender al arquero rival. En el Clásico realizado en el Azteca surgió la oportunidad de usar esta jugada. Sin embargo, no hubo coordinación. Hugo Sánchez en sus ansías por hacer el madruguete, disparó pero Gonzalo Farfán no se dio cuenta y reaccionó dándose la vuelta para que la pelota pudiera pasar. Entonces, el balón pegó en su glúteo y se desvió para acabar en las redes del arquero tapatío. El árbitro, Arturo Brizio, acreditó el gol a Farfán, cosa que molestó al Pentapichichi quien alegaba que esa anotación debería ir a su nombre.

Con información de Futbol Total