
Cuando llegó a Beijing, pocos podían reconocer a Usain Bolt, una de las superestrellas del deporte actual, y el hombre más rápido del mundo
Actualmente difícilmente podría encontrarse a una persona a la que le guste el deporte que no conozca al gran Usain Bolt, el hombre más rápido del mundo, y uno de los deportistas más exitosos de la historia, con 22 medallas de oro, 7 de ellas Olímpicas.

Sin embargo, también ha vivido varios momentos en que la gente no sabía quién era él, especialmente antes de romper récords y cubrirse de oro en los juegos de Beijing 2008.
Uno de ellos fue precisamente cuando viajó de Londres a la capital china, puesto que, aunque ya era oficialmente el hombre más veloz del mundo, aún no era medallista olímpico, y como la mayoría de la gente alta, (el mide 1.96 mts.), solo era visto como alguien que viaja incómodo en un boleto de clase turista.
Una de las azafatas incluso se sorprendió cuando le dijeron que viajaba junto al hombre más rápido del mundo: “sí, ¿quién es? ¿Ese chico alto de ahí atrás?”, preguntó.
Igualmente fue desconocido por los periodistas que, tras 10 horas de viaje, esperaban ansiosos en el aeropuerto por un hombre al que no conocían, preguntándole a todos los pasajeros con aire caribeño si se trataban de Usain Bolt.
Por eso, cuando llegó al aeropuerto absorto en sus audífonos, comiendo sin parar dulces y gomas de mascar, sonó ligeramente insolente al responder “hey, soy una estrella, ¿no lo saben?”, cuando le preguntaron si realmente él era Bolt.
Igualmente vivió con cierta impaciencia la entrada a China, donde un delegado jamaicano lo ayudó a pasar los engorrosos trámites de aduana antes que unos desesperados griegos, que habían llegado al mismo tiempo que él.
Con información de La Nación