
A raíz de la Copa del Mundo de 1994, Estados Unidos comenzó a impulsar el futbol, dando inicio a una gran rivalidad en el deporte con México
En una escena de la película “El Bulto” (1992), dirigida y protagonizada por Gabriel Retes, un amigo lo pone al día en las noticias después de que permaneció inconsciente durante 20 años tras resultar herido en el “Halconazo” de 1971. Una de las cosas que le dice es que ya hasta Estados Unidos le gana a México en el futbol.
Y es que hasta antes de los 90, jugar contra los estadounidenses era un mero trámite para la Selección Mexicana, ya que el dominio del Tri era absoluto en este deporte que le era prácticamente ajeno a Estados Unidos, donde prevalecía el futbol americano, el basquetbol y el beisbol.
Pero después de que Estados Unidos fuera elegido como sede del Mundial de 1994, se dio un importante impulso al “soccer” (como le dicen por allá), y el país con el que debían medir sus avance era México, ya que pertenecen a la misma región.
El inicio
Así, en marzo de 1991, durante un torneo llamado Copa de Naciones Norteamericana, que se disputaba entre Canadá, Estados Unidos y México, el equipo de las barras y las estrellas empató con el Tri a 2 goles en el Memorial Coliseum de Los Angeles (algo así como la segunda casa de los verdes). Aunque los mexicanos ganaron ese torneo, ya habían recibido un aviso de lo que vendría después.
Unos meses mas tarde, en julio de ese mismo año, se llevó a cabo la primera edición de la Copa Oro, disputada entre todos los países de Concacaf y que, se suponía, debía ganar México fácilmente.
Sin embargo, en la semifinal, Estados Unidos lo eliminó con un marcador que se convertiría en uno de los símbolos de los próximos encuentros entre ambos equipos: 2-0.
Estados Unidos fue el campeón de esa primera Copa Oro, lo que también significó el primer título para un equipo estadounidense de “soccer”.
Un respiro
En la Copa Oro de 1993, parecía que todo regresaba a la normalidad, ya que México se impuso con un contundente 4-0 a su similar estadounidense en la final de ese torneo, disputada el 25 de julio en el Estadio Azteca.
Por cierto, ese día, el Director Técnico de Estados Unidos era Bora Milutinovic, quien había dirigido a la Selección Nacional en el Mundial de 1986; y en el palco presidencial del Estadio Azteca, que registró un impresionante lleno, estaba presente Carlos Salinas de Gortari, entonces presidente de México, y que fue una de las últimas veces en las que un mandatario ha asistido a un encuentro de futbol de ese tipo.
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Las peores derrotas
Después de esa victoria, siguieron un par de jugos en los que los estadounidenses lograron un empate y una victoria, pero la caída más estrepitosa de la Selección Mexicana en la historia con este rival se presentó el 18 de junio de 1995, cuando perdió 4-0 en Washington DC durante la Copa USA.
Un mes después, ambas selecciones volvieron a verse las caras en los cuartos de final de la Copa América disputada en Uruguay. Era la segunda participación de México en ese torneo, en cuya edición anterior había disputado la final contra Argentina, por lo que se tenían altas expectativas.
Pero México fue eliminado por los estadounidenses en una tanda de penales que terminó 4-1. Fue un fracaso humillante.
La cúspide del dominio estadounidense
En los siguientes años, México recuperó un poco de terreno en la rivalidad, pero entre el año 2000 y antes de la Copa del Mundo de Corea-Japón 2002, ambas selecciones jugaron 5 partidos, de los cuales, el Tri sólo ganó uno en el Estadio Azteca durante la eliminatoria mundialista. En tres de los cuatro restantes, el marcador fue 2-0 a favor de Estados Unidos.
Durante los octavos de final de la Copa del Mundo de Corea-Japón, Estados Unidos le propinó a México la derrota mas dolorosa de la rivalidad y, quizá, de todos los mundiales en los que ha participado, cuando se impuso con un marcador final de, sí, 2-0.
Los mexicanos ya se veían jugando el famoso “quinto partido”, pero su archirrival se lo impidió.
El desquite
Durante los siguientes 7 años, el dominio estadounidense continuó, pero la “venganza” llegó por fin el 26 de junio de 2009, cuando México los goleó 5-0 en su casa durante la final de la Copa Oro.
Desde entonces, la Selección Mexicana y Estados Unidos han disputado 9 juegos, de los cuales han resultado 3 empates y 3 victorias por bando.
¿Cómo terminará el encuentro del próximo domingo en el Estado Azteca?
Por Carlos Tomasini (@carlostomasini)