
Científicos descubrieron que todas las levaduras analizadas tienen un ancestro en común que existió en el año 1500
En la antigüedad, los cerveceros seguían una norma de ley en la que debían apartar una pequeña porción de la cebada tostada y fermentada, para luego mezclarla con la malta sin fermentar. Con esto aseguraban que las levaduras que habían producido una cerveza sabrosa pasaran a la siguiente generación. Por lo que, con el paso del tiempo, las mejores levaduras fueron trascendiendo en el tiempo.
La revista ‘Cell’, realizó un estudio en el que reconstruyó el pasado de las levaduras, pues después de analizar genes de 157 variedades diferentes de levaduras usadas en la actualidad para la elaboración de cerveza, además de bioetanol, pan, vino, sake y otras bebidas alcohólicas. Científicos descubrieron que todas las levaduras analizadas tienen un ancestro en común que existió en el año 1500.

“Los ancestros de cientos de diferentes tipos de levaduras del mercado fueron seleccionadas en el siglo XVI”, señaló Kevin Verstrepen, investigador de la Universidad de Gante y coautor del estudio. “Los antiguos cerveceros, panaderos y elaboradores de vino practicaban la técnica de la ‘reinoculación’, el cual es un método donde una parte de la masa se apartaban para mezclarla con la siguiente tanda. Así los antiguos artesanos, pasaron de forma eficaz cultivos de levaduras de una hornada a la siguiente, permitiéndoles crecer y adaptarse a un medio industrial humano”, señaló el investigador.
Así los humanos también domesticaron las levaduras, con el paso de las generaciones, los hombres moldearon la composición genética de estos microorganismos y seleccionaron los rasgos que les resultaban mejor.
Los investigadores concluyeron que las levaduras industriales actuales provienen de cinco cepas distintas, cada una de ellas relacionada con un uso industrial concreto.
Con información de ABC