
La expedición, que se lanzará el 5 de mayo, intentará detectar por primera vez los terremotos marcianos; o, mejor dicho, los “martemotos”
A pesar de que el nuevo director de la NASA, Jim Bridenstine, es un firme partidario de visitar por segunda vez la Luna, no parece haber dinero suficiente para hacerlo pronto.
Por ello, a falta de una gran misión tripulada en el futuro próximo, Marte sigue siendo el siguiente gran objetivo de la exploración espacial para la agencia estadounidense; solamente con robots.

Actualmente, el planeta rojo es objeto de numerosos estudios desde tierra y aire por parte de Estados Unidos, la Agencia Espacial Europea (ESA), Rusia y hasta India.
La siguiente misión despegará el 5 de mayo y tendrá como objetivo estudiar la corteza, manto y núcleo de Marte.
“InSight es la primera que va a estudiar el interior del planeta. Investigaremos sus constantes vitales”, indica el ngeniero español Fernando Abilleira, uno de los responsables del diseño de esta expedición en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA.

La misión intentará detectar por primera vez los terremotos marcianos; o, mejor dicho, los “martemotos”.
“Cada seísmo nos dará información sobre la estructura interior al estudiar cómo los ondas sísmicas pasan a través de las distintas capas del planeta”, detalla Abilleira desde California, donde preparan los últimos preparativos para el lanzamiento del sábado.
“Nos interesa la sismografía porque si un planeta se mueve, los terremotos o ‘martemotos’, nos van a dar mucha información sobre el interior del planeta, sobre lo vivo que está su núcleo. Marte no tiene un campo magnético, lo perdió y no entendemos por qué. Y es importante averiguarlo porque el campo magnético es nuestra gran coraza, nos protege y gracias a él la vida existe en la Tierra. Y si aún hay en Marte zonas con campo magnético, como zonas fósiles, queremos identificarlas”, indicó por su parte Adriana Ocampo, geóloga planetaria.

Agregó que, si queremos enviar astronautas a Marte, la información que recabe esta misión será “clave tanto para entender la evolución como del planeta como para determinar cómo de seguro es para los seres humanos”.
Con información de El Mundo