Minuto a Minuto

Deportes El lanzador mexicano José Urquidy pasa a las filas de Leones del Escogido
Los Leones del Escogido anunciaron la contratación de José Urquidy para afrontar desde este sábado la postemporada de la Lidom
Internacional El FBI completa el cierre de su histórica sede en Washington
"Tras más de 20 años de intentos fallidos, finalizamos el plan de cierre permanente de la sede del FBI en el edificio Hoover" anunció el director de la institución
Entretenimiento Los Tigres del Norte aparecerán en ‘The Simpsons’ con un histórico corrido
Los Tigres del Norte aparecerán en un episodio de 'The Simpsons' para interpretar un corrido escrito especialmente para el show
Entretenimiento Murió Perry Bamonte, pieza clave de la banda The Cure
La banda británica The Cure confirmó este 26 de diciembre de 2025 la muerte del guitarrista y tecladista Perry Bamonte
Nacional Activan Alertas Amarilla y Naranja por frío en CDMX para este 27 de diciembre de 2025; estas son las alcaldías afectadas
Autoridades de la CDMX activaron las Alertas Naranja y Amarilla por frío para las primeras horas del sábado 27 de diciembre de 2025

Pablo Chapa Bezanilla fue nombrado fiscal del caso Colosio el 16 de diciembre de 1994.

Chapa recibió un expediente ordenado con 14 líneas de investigación abiertas, pero dio la vuelta y tomó otro camino, el camino que esperaba la opinión pública.

En enero de 1995 reabrió la versión de que el asesinato de Luis Donaldo Colosio no era obra de un asesino solitario, sino de un complot. Mario Aburto, sostuvo Chapa, había hecho solo uno de los dos disparos que recibió Colosio.

No solo podía probarse la existencia de un segundo tirador, sino que dijo quién era: un chofer de la ayudantía de la campaña llamado Othón Cortés, a quien Chapa detuvo y encarceló.

Las pruebas de Chapa se cayeron a pedazos al contacto con los tribunales. El 7 de agosto de 1996 un juez absolvió a Othón Cortés, declarando todo su proceso un castillo de naipes de pruebas fabricadas.

Chapa fue despedido del caso el 30 de agosto de 1996. Dos días después,

1 de septiembre de 1996, fue nombrado Luis Raúl González Pérez, quien retomó el camino de Olga Islas. Volvió a ordenar y a limpiar el expediente, mucho más desordenado ahora por la mediación fabulatoria de Chapa.

Y se propuso lo insólito: despejar no solo todas las líneas de investigación pendientes, sino también todas las sospechas que se hubieran sembrado en el camino.

Hizo más: ya que flotaba en el ambiente la certidumbre de que el de Colosio era un asesinato político, es decir, fruto de un complot político, González Pérez trajo a declarar a todos y cada uno de los políticos que habían tenido alguna relación significativa con el caso.

Todos, del presidente de la República para abajo, e incorporó al expediente las notas y comentarios de prensa que habían acompañado y alimentado la confusión característica de aquel momento. El resultado fue un extraordinario fresco de las costumbres y de los personajes políticos de la época.

Hizo, finalmente, la investigación judicial más exhaustiva que se haya hecho nunca en México sobre alguien: la indagación de la vida del asesino mismo, Mario Aburto, el gran desconocido en aquella historia de discordia entre conocidos.

[email protected]