
Aunque es una de las tradiciones más arraigadas en la cultura occidental, este evento tiene su origen en un capítulo oscuro de la historia
Aunque en la actualidad, el Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena es una de las tradiciones más arraigadas en la cultura occidental, este evento tiene su origen en un capítulo oscuro de la historia.
Cuando Austria era parte del Tercer Reich de Hitler, entre los filarmónicos ya no quedaba ningún músico de origen judío, de modo que a Joseph Goebbel, el Ministro para la Propaganda del régimen nazi, le surgió una idea tras reconoció el poder de seducción de la armonía de los valses y las polcas para dar una imagen de optimismo y alegría cuatro meses después de iniciarse la Segunda Guerra Mundial.
La primera edición del evento tuvo lugar el 31 de diciembre de 1939 porque el maestro Clemens Krauss, que lo dirigió, temía que en la mañana del 1 de enero parte de la audiencia apareciera media borracha en la Musikverein. El segundo concierto, el 1 de enero de 1941, fijó el día del evento que se mantiene hasta la actualidad.
Fue hasta 2013 cuando la Orquesta Filarmónica de Viena presentó un estudio en el que revelaban su papel en el nazismo y en el que revelaron que 13 de sus músicos habían sido obligados a huir o deportados.
Además, de eso, revelaron que cinco de sus integrantes, judíos, habían sido asesinados, otro murió a consecuencia de un desahucio y que uno más, murió ante la amenaza de ser deportado.
Después de su pasado oscuro, actualmente, la Filarmónica de Viena es una de las más importantes y prestigiosas del mundo.
Con información de EFE