Morena debe hacer que su diputado dé la cara

Un diputado de Morena anda oculto desde el fin de semana, después de que iba manejando su camioneta de un millón 325 mil pesos y estuvo involucrado en un accidente de carretera, en el cual murió una persona porque el otro vehículo se incendió.

Se trata, pues, de una ocasión ideal para que Morena haga valer la iniciativa que presentó su bancada en la Cámara de Diputados para terminar con el fuero constitucional de legisladores y servidores públicos: el mismo fuero en el que se escuda su diputado huido.

Gran oportunidad para que cristalicen las palabras de Mario Delgado: “Siempre, todos los partidos dicen que sí, pero no dicen cuándo; entonces por eso queremos empezar por ahí, por quitar fueros y privilegios, lo vamos a cumplir, a eso llegamos aquí”. Eso, empecemos por ahí.

Entonces, la bancada de Morena en San Lázaro debe solicitar al diputado Cipriano Charrez Pedraza que se presente ante las autoridades a explicar cómo murió una persona, a causa de que su rutilante camioneta Ford Raptor se pasó un alto, impactó a dos coches y un inocente perdió la vida.

Porque el fuero no es para atropellar a gente en la carretera. El fuero es, según la iniciativa de Morena para que cuando haya acusación penal contra legisladores o funcionarios, puedan ser sujetos a proceso, pero sin ser detenidos hasta que haya una sentencia condenatoria.

Y no es el caso de Charrez Pedraza, eh. Su delito es por homicidio y daño en propiedad ajena pues la Procuraduría de Hidalgo cuenta con pruebas de que sí iba conduciendo y los testigos lo apuntan como responsable, aunque él aseguró en un comunicado que manejaba su chofer.

Hoy le toca asistir a la sesión de la Cámara de Diputados en San Lázaro. Si nada debe, nada teme y ahí se le verá. De lo contrario, seguiremos teniendo una situación de impunidad de un militante del partido que ganó las elecciones con la bandera de lucha contra la impunidad.

Pero a todas estas ¿quién es Charrez Pedraza? Era panista hasta hace seis meses y se convirtió desde hace más de una década en el cacique del Valle del Mezquital, Hidalgo, afincado en dos grupos de choque: el Movimiento Indígena Otomí y el Movimiento Social Patriótico.

Su hijo ha aparecido en redes sociales con armas de uso exclusivo el Ejército y en enero se enfrentó a su hermano, Pascual, alcalde de Ixmiquilpan, Hidalgo: mandó al Movimiento Social Patriótico a bloquearle las oficinas y obligarlo a entregar 17 millones de pesos “para obras”.

Por personajes como Cipriano, Morena podría empezar el cambio prometido. Por lo menos…

Hacer que dé la cara.