2018 año de quiebre

El siglo 21I ha sorprendido al mundo con movimientos sociales impensados.

En Europa, Asia, Oriente Medio, América Latina y del Norte se despertaron con problemas gestados por la inconformidad y búsqueda de reordenamientos socio-políticos que respondan mejor a sus nuevas circunstancias.

México, inmerso en la interrelación mundial, también enfrenta grandes retos, tanto en el ámbito internacional como en el interior y es precisamente en este campo al que nos vamos a referir en esta ocasión.

Dicho está que el país se encuentra rociado de balas y bañado en sangre.

La violencia no cesa, al contrario, crece y se expande a todo el territorio nacional, incide en todos los estratos sociales con saña indescriptible.

El proceso electoral en marcha ha potenciado en buena medida la violencia y la criminalidad.

Sin embargo, la violencia no se manifiesta solo tirando balas provenientes del crimen organizado, hay violencia verbal que dispara balas tan mortíferas como las de pólvora.

Violencia es sembrar el miedo; violencia es dejar que los indígenas tzotziles desplazados a la sierra de Chiapas, no tengan comida, ni techo ni medicamentos.

Violencia también es vivir resistiendo la impunidad.

Otra forma de violencia es el azote de la miseria y la indigencia a las de 50 millones de mexicanos.

La respuesta del Presidente Enrique Peña Nieto a la expresión de esta violencia es: “no se flagelen”.

En su discurso pide que mejor valoren las obras y logros que se han hecho durante su gobierno.

El se refiere a la cifra de la disminución del desempleo, al aumento de trabajadores inscritos en el Seguro Social y una política macroeconómica sana y una economía creciente.

En el discurso del presidente Peña Nieto figuran cifras con las cuales quiere silenciar, o pagar y  ocultar está realidad: la pérdida del valor adquisitivo del peso; las cifras de miles de mexicanos asesinados, desaparecidos, los feminicidios y la pérdida de una clase media que se volvió proletaria.

El presidente tampoco menciona las cifras que arroja la migración de niños centroamericanos que viajan solos desde su país, recorriendo todo el territorio nacional para llegar a la frontera con Estados Unidos.

Son miles de menores trashumantes que no figuran  entre las cifras que  quiere el Presidente Peña, sean destacadas en los medios de comunicación.

Peña Nieto olvida que en su estado natal, existen 65 hospitales sin medicamentos ni instrumentos de curación suficientes, de acuerdo con la información del actual Secretario de Salud del Estado de México, el doctor Gabriel Jaime O Shea, y quien también lo fue en el gobierno de Peña, existe una deuda a proveedores de mil 200 millones de pesos que no pagó el gobernador Eruviel Ávila.

Mucho que  desear deja el extinto grupo Atlacomulco, extinto porque solo quedan dos sobrevivientes: Enrique Peña Nieto y el exgobernador Arturo Montiel de triste memoria.

El Presidente Peña deja un país fracturado social, política y económicamente. Malas cuentas, sin embargo él insistirá en repetir “no se flagelen“.

El otro sobreviviente oriundo del pueblo que entre magueyes y polvo dio cobijo a un grupo de personajes que sentaron las bases de una casta regida por el principio de hacer dinero aunque sea a costa de la política fue Arturo Montiel .

Este exgobernador acusado por enriquecimiento inexplicable -que goza del servicio gratuito de una veintena de elementos que cobran en la policía, otros en la Procuraduría del Estado y otros en la dirección de tránsito; también cuenta en su haber, con dos  denuncias; una judicial por maltrato a su tercera esposa en la que aparece como incidiado, amén de no cubrirle su pensión alimenticia, delito que merece cárcel.

Otra denuncia fue hecha ante la oficina de los Derechos Humanos, en Toluca, también por golpeador.

Ambas denuncias nunca se atendieron.

¿Esto se llamará impunidad?

Estos dos botones quedan de esa casta fundada por Don Isidro Fabela y a la que se sumó Carlos Hank González, los Del Mazo y otros que no habían sido hijos de ese lugar cruce de caminos para muchos políticos que se enriquecieron secando las arcas estatal y nacional!

Por otra parte, el candidato del PRI a la presidencia de la República, José Antonio Meade, reconoce y lo dice alzando la voz: “México vive en el peor de los mundos”. ¿Será que aún quiere gobernar en este infierno?

El Presidente Peña también acusa recibo del mensaje enviado por los grupos de empresarios más fuertes del país en el que le piden, hasta ahora, que ponga alto a la violencia y la inseguridad, al mismo tiempo estos empresarios hacen una advertencia a sus empleados a que  reflexionen su voto y no vayan a votar por un gobierno populista.

¿Qué los empresarios no se dieron cuenta que el gobierno que  está por concluir ha sido populista al cubrir la ineficiencia con la creación de 6 mil programas sociales paternalistas y populacheros en todo el país?

Quien gane la elección presidencial no será miel sobre ojuelas.

Tendrá que llegar a recoger los platos rotos y el tiradero  de basura  que deja un mal gobierno y una fiesta electoral  inenarrable.

2018 será el año del quiebre para bien o para mal, así que, ¡digamos la verdad!