
A pesar de recibir un impacto de bala en la cabeza, la joven de 27 años despertó y caminó a los pocos del tiroteo en Las Vegas
Tina Frost fue una de las víctimas del tiroteo en Las Vegas ocurrido el pasado 1 de octubre, y recibió un impacto de bala en la cabeza, por lo que fue trasladada al Sunrise Hospital.
Ahí, los médicos observaron de inmediato la gravedad de su condición y no le daban muchas esperanzas de sobrevivir. Sin embargo había que actuar con rapidez, a pesar de que los esfuerzos podrían ser en vano.
Tina, junto con otras 22 mil personas, se encontraba presenciando el espectáculo, cuando súbitamente una estampida interrumpió el concierto, inmediatamente después, sintió un golpe en la cabeza que la tiró al suelo y le impidió levantarse, era la bala impactando su cráneo. Su novio, Austin Hughes, la trasladó junto a las fuerzas de seguridad al hospital, en medio de una desesperante angustia.

Los cirujanos que la atendieron, tuvieron que extirparle el ojo derecho (lugar en que se había alojado la bala) para poder salvar su vida, era la única opción que tenían. También tuvieron que sustraerle una sección del hueso frontal para que el cerebro de Tina pudiera expandirse. Al finalizar la operación, los doctores le indujeron a un estado de coma y colocaron un respirador mecánico, debido a que no lo podía hacer por sus propios medios. Lo único que quedaba, era esperar.
Su madre, Mary Moreland, empezó una campaña en la que mantenía informados a familiares y amigos acerca de su estado de salud, misma que sirvió para que ayudaran con aportaciones y así poder solventar los futuros gastos médicos de Frost.

Repentinamente el caso de Tina Frost comenzó a llamar la atención de los cirujanos que la atendieron y del personal del centro médico. Esto debido al inédito tiempo récord de su recuperación, contrastado con la gravedad de su lesión. Tina, ex jugadora de fútbol y graduada de la Secundaria Arundel en 2008, comenzó lentamente a respirar por sus propios medios, la retina de su ojo izquierdo presentó buena dilatación, sus riñones e hígado comenzaron a funcionar nuevamente, movía las piernas, los pies y los dedos cuando se lo pedían las enfermeras, todo en un lapso de pocos días.
Pero lo más increíble de este caso sucedió el pasado viernes, ¡Tina despertó y caminó! Esto provocó no sólo la emoción de las enfermeras que cuidaban su andar, sino el la de sus familiares y médicos que la tenían en observación. Fueron seis pasos asombrosos para la deportista.

Su neurocirujano, Keith Blum, confió siempre en las habilidades y conocimientos de su equipo, pero no menospreció el increíble avance que tuvo la joven de 27 años. “Fue milagroso. Simplemente no sabes hasta donde puede llegar alguien”, comentó el especialista.
Actualmente analizan la posibilidad de trasladar a Tina a otro hospital. Esto pensando en su recuperación a corto y largo plazo. Al momento la familia lleva recaudado más de medio millón de dólares donados por desconocidos.
Con información de Infobae