
La presidencia de EE.UU. le está cobrando algo a Trump y esto tiene repercusiones tanto en la salud del presidente como en la del país
Tiene 71 años, mantiene un trabajo sumamente estresante y padece de sobrepeso. No obstante, no se ejercita, sus hábitos alimenticios están lejos de ser ideales y duerme poco.
Para muchas personas que salen del médico luego de una observación de dichos hábitos, las advertencias serias las empujan a cambiar totalmente su vida.
La actitud de Donald Trump hacia la dieta y el ejercicio no es solo un problema que se queda en casa. En cambio, resuena en sus políticas sobre salud pública.
Al final, la salud personal repercute en las decisiones social y más si se trata de una persona pública. El diario USA TODAY informó recientemente que algunos neurólogos dicen que Trump muestra la mayoría de los síntomas de privación del sueño, incluyendo disminución de la cognición y presencia de ansiedad. Cabe recordar que un informe científico del mes pasado muestra que el ejercicio es la mejor medicina para la privación del sueño.

Los presidentes se estresan fácilmente, dice el médico Anupam Jena, un profesor de política de salud de la Escuela de Medicina de Harvard y autor de un estudio sobre las tasas de mortalidad de los políticos.
Trump sufre de mucho estrés debido al caso sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales pasadas, señala Anupman Jena.
El estudio de 2015 de Anupman Jena analizó las tasas de mortalidad de políticos de todo el mundo y encontró que su esperanza de vida era 2.7 años más corta que el resto de la población.
La alimentación saludable, el aumento del ejercicio y una buena noche de sueño son las principales maneras mediante las cuales los líderes políticos pueden compensar el riesgo de una muerte prematura.

El presidente estadounidense cree que todo el mundo tiene una cantidad finita de energía para usar a lo largo de su vida, por lo que no se ejercita más allá de jugar golf mientras se traslada por el campo en un carrito. Además, se sabe que es aficionado a la comida rápida: hamburguesas, pollo frito y pizza, entre otros alimentos.
Independientemente de los problemas de sueño de sus pacientes, la doctora y neuróloga de Maryland, Helene Emsellem, dice que las citas médicas “invariablemente incluyen una discusión sobre la dieta y el ejercicio” mientras se resuelve la privación del sueño.
Trump ha declarado abiertamente que el ejercicio está sobrevalorado, llegando incluso a decir que puede crear más problemas de los que cura.

En su momento, la Casa Blanca y la ex portavoz de la campaña de Trump, Hope Hicks, declinaron responder a preguntas sobre la salud de Trump, más allá de enviar el enlace a un artículo sobre la salud del presidente de acuerdo con la misma Casa Blanca.
Indudablemente la presidencia de Estados Unidos le está cobrando algo a Trump y esto tiene repercusiones tanto en la salud del presidente como en la de Estados Unidos.
Con información de USA Today