
Theresa May, la dirigente del Partido Conservador, invitó a Trump cuando se encontraron en la Casa Blanca en enero pasado
El presidente de EE.UU., Donald Trump le comunicó a Theresa May, primera ministra del Reino Unido, que no aceptará la invitación para una visita oficial al Reino Unido mientras las protestas en las calles estén a la orden.
Un asesor del número 10 de Downing Street, residencia oficial y de trabajo de Theresa May, afirmó que Trump le transmitió el rechazo a May a través de una conversación telefónica “hace pocas semanas”, lo que ha conducido al gobierno británico a frenar por el momento los arreglos para una visita.

La dirigente del Partido Conservador invitó a Trump cuando se encontraron en la Casa Blanca en enero pasado y el viaje de Trump a Londres estaba previsto para junio o julio.
Durante la visita a Washington, May invitó a Trump y a su esposa Melania en nombre de la reina Isabel II y se declaró “encantada” porque el presidente estadounidense hubiera “aceptado” la oferta.

Theresa May se mostró sorprendida por la decisión de Trump de detener su visita oficial.
Además de las protestas callejeras contra la visita de Trump a la isla, el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, expresó su “fuerte oposición” a que Trump dé un discurso en el palacio de Westminster.
Theresa May lo niega
Por su parte, la primera ministra Theresa May ha negado la versión de The Guardian, y señaló que Trump no ha suspendido sus planes para visitar Reino Unido.
La oficina de la primera ministra ha asegurado que la futura visita del presidente estadounidense, Donald Trump, a Reino Unido sigue en pie a pesar de que el diario The Guardian, citando precisamente fuentes de esta oficina, había anunciado su suspensión por la mala imagen del mandatario entre la población británica.
Así se lo hizo saber a May el propio Trump en una llamada telefónica realizada “hace unas pocas semanas” y que causó “sorpresa” en la primera ministra, de acuerdo con estas fuentes, bajo condición de anonimato.
May invitó a Trump a Reino Unido, en nombre de la reina Isabel de Inglaterra, el pasado 27 de enero, siete días después de que Trump fuera oficialmente investido como presidente de Estados Unidos. Según la primera ministra, Trump “aceptó encantado” la invitación.
Con información de The Guardian