
Gastó gobierno de EE.UU. 86 millones de dólares en un avión destinado a misión de Afganistán que nunca se utilizó. Hay más gastos absurdos
El gobierno de los Estados Unidos compró un avión militar con motivo de la lucha antinarcóticos en el país de Afganistán.
Dicha inversión fue cuantiosa: el Departamento de Defensa y Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), gastaron más de 86 millones de dólares en la pequeña aeronave, según un informe que emitió el Departamento de Justicia.
La aeronave es el ATR 42-500 (o ATR 500), que pese al fuerte gasto, hoy continúa “inoperable” y, de acuerdo con los auditores, “nunca llegó a volar en Afganistán”.
Esta aeronave costaba, en realidad, una décima parte de esa suma, pero las mejoras que aparentemente se necesitaban inflaron la cifra en varios millones más.
El avión permanece varado en el estado de Delaware, y, según la Oficina del Inspector General del Departamento de Justicia, es “poco probable” que alguna vez llegue a volar en Afganistán.

¿Y por qué nunca despegó?
El avión formaba parte de un programa de la DEA y del Pentágono, Global Discovery, con el objetivo de ayudar a combatir el tráfico ilegal de drogas en Afganistán.
Hoy no podría volar ese avión para cumplir su misión, pues Estados Unidos finalizó operaciones en ese país en julio del año pasado. El Departamento de Defensa gastó unos 67.9 millones de dólares en la aeronave y en un hangar especial en Kabul, la capital de Afganistán.
El gran motivo de que el costo de este avión se elevara tanto -aunque nunca voló- según la auditoria, es que se “tuvieron en cuenta, cuando adquirieron el ATR 500, el tiempo y el costo que supondría desarrollar una infraestructura de pilotos, mecánicos, entrenadores y repuestos necesarios para operar la aeronave”.
Gastos absurdos: 6 millones en cabras
El avión no fue el único gasto estratosférico de Estados Unidos en Afganistán.
En enero de este año, el Inspector General para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés), John Sopko, señaló que el gobierno destinó casi 800 millones de dólares en labores de reconstrucción de la economía de ese país. No obstante, y así quedará en la historia, la mayoría de los fondos terminaron en proyectos “ineficaces de una forma enfermiza”.
Y como gran muestra de ello: la importación de nueve cabras italianas para fomentar la producción de la industria de la lana de cachemira, lo cual supuso un gasto de cerca de 6 millones de dólares.
Peor aún; ni siquiera se sabe qué pasó con las cabras. “No sabemos qué pasó con las cabras, porque no hay un registro de nada de lo que ocurrió con este proyecto”, dijo Sopko en su día.
Con información de BBC