
Shaun Cunningham hizo lo que todo padre haría por su hijo: salvarlo de todo peligro.
Corría el juego de pretemporada entre los Piratas de Pittsburgh y los Bravos de Atlanta el pasado sábado cuando sucedió una escena que se ha vuelto viral en el mundo: la oportuna acción de un hombre impidió que un bat, que volaba con mucha fuerza, golpeara a un niño sentado a su lado.
En las imágenes se muestra cómo un hombre estiró su mano para desviar el trayecto del bat, que iba con toda la dirección de impactar con el menor.
Así, el batazo del jardinero de los Piratas, Danny Ortiz, en la quinta entrada, que implicó que el bat volara hacia las gradas, fue recibido por Shaun Cunningham, quien señaló al medio local Pittsburgh Tribune Review, que sabía que tenía solo un instante para reaccionar.
Así, Cunningham hizo lo que cualquier padre haría por su hijo. Estiró el brazo para que sea él quien recibiera el golpe, y no su hijo. “Yo solo protegí a mi hijo”, dijo en entrevista Shaun, de 37 años, “No había mucho tiempo para pensar. Yo solo reaccioné”, señaló.
Redacción









