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Joaquín Guzmán Loera es un hijo natural de la guerra contra las drogas y de la estrategia correspondiente de descabezar a los cárteles para debilitarlos.

En 1985, El Chapo era un amanuense invisible del cártel de Sinaloa que manejaba desde Guadalajara Miguel Ángel Félix Gallardo, cuando un segundo de éste, Rafael Caro Quintero, torturó y mató al agente de la DEA, Enrique Camarena, según él “por dedo” (soplón).

El homicidio fue un escándalo diplomático mayúsculo y dio a Estados Unidos y a la DEA el mando sobre la guerra contra el narco en México.

La batida que siguió descabezó al cártel de Sinaloa, un virtual monopolio. Cayó Félix Gallardo. Siguió la guerra a muerte entre los jefes menores del cártel: los Arellano Félix, Amado Carrillo, Guzmán Loera, El Mayo Zambada, los Beltrán Leyva.

La fragmentación del cártel de Sinaloa trajo al negocio al cártel del Golfo, que se fragmentó también al ser descabezado, luego de la detención y extradición de su jefe, Juan García Abrego.

La guerra intestina del Golfo produjo a Los Zetas, usados por Osiel Cárdenas Guillén para ganar el sureste, por cuyas ciudades venía la droga que ya no dejaban pasar por aire, y el puerto michoacano de Las Truchas, mina de contrabando y seudoefedrina.

Siguió la guerra de todos contra todos por las rutas de paso y las ciudades fronterizas norteñas, hasta el año 2005, en que las matanzas entre Zetas y Chapos en Laredo dieron paso a la ocupación militar de la ciudad.

Siguieron años de la misma medicina, corregida y aumentada: la sangrienta pesadilla de la que no podemos despertarnos.

En todas las guerras del narco creció El Chapo, descabezando a sus rivales o aprovechando los descabezamientos del gobierno. Fue el superviviente, el mayor engendro criminal de la prohibición de las drogas, y de su persecución draconiana con la estrategia de descabezar a los cárteles, implantada por la DEA en 1985, en Guadalajara.

El agente Enrique Camarena fue muerto por denunciar un plantío de mariguana que Caro Quintero había sembrado en Chihuahua para no batallar con su traslado a Estados Unidos, donde ahora es legal.

Por aquel asesinato y aquel plantío empezó la matanza de 30 años en la que El Chapo fue rey.

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