
Manuel Dias salió a trabajar aunque no quería hacerlo, pero aceptó porque se lo pidieron personalmente. Murió en el Estadio de Francia
Una de las víctimas de los ataques de París del pasado 13 de noviembre pudo haberlo evitado, pero decidió ir a trabajar esa noche de viernes, a pesar de que algo le decía que no debía ir.
Esta es la historia de Manuel Dias de 63 años quien llevó a unos jóvenes para disfrutar del partido Francia contra Alemania en el Estadio de Francia, lugar al cual arribó unos minutos tarde, tanto para ser testigo de uno de los atentados.
“Él no quiso trabajar esa noche, pero a pesar de eso aceptó el trabajo” comentó para el periódico The Guardian, el hijo de Manuel Dias.

El chofer se convirtió en una de las primeras 130 víctimas que morirían aquella noche, al encontrarse en medio de una de las tres explosiones que sacudieron las inmediaciones del Estadio de Francia.
Michael Dias, hijo de la víctima, narró que el último contacto que tuvieron con él fue a las 21:00 h, de aquel viernes cuando les dijo por teléfono que iba por un café.
Después de enterarse de los ataques cerca del estadio, la familia de Dias trató de comunicarse con él, pero no lograron hacerlo. Después enviaron a uno de sus empleados para revisar qué había pasado, pero solo encontró el automóvil.
“Fue hasta la mañana siguiente alrededor de las 8:00 h cuando nos informó el gobierno portugués que mi padre había muerto” dijo Michael. “Se supone que no debió haber ido esa noche. Él ya se había retirado tres años antes (…) él solo lo hacía porque amaba su trabajo e interactuar con la gente”.

Michael no cree que la muerte de su padre sea por mala suerte, piensa que su tiempo llegó y que el destino es inevitable.
Con información de The Guardian