El movimiento político Revolución Ciudadana calificó de imperativo que la CIDH visite Ecuador por los tratos crueles y degradantes contra Jorge Glas
El movimiento político Revolución Ciudadana (RC), liderado por el expresidente Rafael Correa, solicitó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que constate la situación en que se encuentra el exvicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, en la cárcel de máxima seguridad del país.
Los 48 asambleísta de la RC enviaron una carta a la secretaria ejecutiva de la CIDH, Tania Reneaum, en la que le solicitan formalmente la “visita a Ecuador para constatar condiciones en las que tienen” a Glas.
“Es imperativo que la CIDH visite el Ecuador una vez que el Estado aceptó tratos crueles y degradantes contra” Glas durante su irrupción en la Embajada de México, señala la asambleísta Sofía Espín en su cuenta de la red social X.
Agrega que la sentencia emitida en la Corte Nacional de Justicia de Ecuador acepta que la detención de Glas fue ilegal y arbitraria, y apunta que “es urgente constatar sus condiciones pues el riesgo contra su vida es inminente”.
Correa cuestionó que la Fiscalía se preste a analizar el contenido de los dispositivos móviles de Glas obtenidos durante el asalto policial a la Embajada de México, en Quito, pese a que la justicia declaró “ilegal” la detención de quien fuera su vicepresidente.
Glas en prisión
El pasado viernes, un tribunal de Ecuador declaró “ilegal” y “arbitraria” la detención de Glas en la Embajada de México, que fue asaltada por la Policía, pero lo mantuvo en prisión al tener todavía pendiente por terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos condenas vigentes emitidas en años pasados.
El tribunal consideró que se violaron los derechos de Glas al no cumplir el Estado ecuatoriano el procedimiento contemplado en la normativa nacional para el allanamiento de misiones diplomáticas.
Así, el tribunal denegó la petición del recurso de habeas corpus con el que Glas buscaba que se le anulara su detención y se le entregara a México u a otro país que le dé asilo, conforme se lo había dado el Gobierno mexicano horas antes de su detención al considerarlo un perseguido político.
Glas había salido de la cárcel en 2022 sin terminar de cumplir las condenas pendientes, gracias a una polémica resolución judicial de medidas cautelares.
El exvicepresidente también a inicios del Gobierno de Lenín Moreno (2017-2021) fue condenado en 2017 a seis años de cárcel por asociación ilícita en el caso Odebrecht, y en 2020 a ocho años de prisión por cohecho en el caso Sobornos, sobre la financiación irregular de la movimiento político correísta, en el que también fue condenado el expresidente Correa (2007-2017).
Glas había conseguido aglutinar las dos penas para cumplir sólo la de ocho años y buscaba el beneficio penitenciario de la ‘prelibertad’ para no tener que regresar a prisión al haber cumplido la mayor parte de la pena, tras haber estado encarcelado cerca de cinco años entre 2017 y 2022, pero este le fue denegado.
No obstante, Glas fue capturado por tener una orden de prisión preventiva dentro del caso de las obras de reconstrucción tras el fuerte terremoto de 2016, donde está imputado por presunto peculado (malversación de fondos públicos), un delito que en el código penal ecuatoriano se castiga con entre 10 y 13 años de prisión.
El tribunal que trató el recurso de habeas corpus no vio responsabilidad en lo actuado por parte del presidente Daniel Noboa ni de la ministra de Gobierno e Interior, Mónica Palencia, y se declaró incompetente para dirimir sobre la procedencia del asilo que le dio México.
Para el Gobierno ecuatoriano, el asilo brindado a Glas era ilegal y contraviene la Convención de Asilo Diplomático, que indica que no pueden recibir este beneficio las personas procesadas en la justicia ordinaria por delitos comunes.
Con información de EFE
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