
El piloto Julio Berlanga aseguró que el gobernador de Chihuahua le pidió “no se raje, no se raje”, cuando iban cayendo.
En el espacio de Radio Fórmula de Joaquín López-Dóriga, el capitán Julio Berlanga, piloto del helicóptero del gobernador de Chihuahua que se desplomó el viernes, narró lo que vivió en el accidente.

“Muy bien, bendito mi Dios estamos muy bien”, comenzó afirmando en la entrevista.
Después relató que el viernes salieron de Moris hacia el rancho del gobernador en un Bell 429 de nueva generación con menos de seiscientas horas de vuelo.
Dijo que al llegar al lugar ya estaban en la penumbra, y que sintió una leve falta de potencia antes de llegar al punto de aterrizaje, y agregó que lo que hizo fue accionar hacia su izquierda para llegar a un lugar plano “era una situación difícil, en la que pues se tuvo que actuar rápido”.
El capitán aseguró que el helicóptero “ya no iba a llegar” al punto de aterrizaje, porque estaban a 200 metros de ahí y como a 50 metros de altura.

Julio Berlanga comentó que tras la caída “llega el golpe, bendito Dios sin rodar, pues ahí mismo quedamos, ahí mismo es el impacto”, y agregó que se rompió la parte del rotor de cola y las aspas.
Detalló que la caída fue “semilibre, porque si traíamos potencia en un motor”.
Comentó que el gobernador le dijo: “No se raje, no se raje”, pero que él no le respondió o advirtió nada en ningún momento.
Aceptó que el impacto en el suelo fue brutal, y que él tiene dos vértebras rotas.
“Salimos el gobernador y yo del lado derecho y ayudamos a salir a los demás”, pero subrayó que por las lesiones de su columna realmente no pudo ser de mucha ayuda.
“Yo tenía la firmeza de que el aparato no iba a explotar”, porque no había combustible en la parte del fuego, pero que tiempo después – cuando ya estaban siendo trasladados – sí explotó.
Agregó que lo trasladaron al hospital de Parral y posteriormente lo operaron en el hospital de Chihuahua.