
Carlos Fitz-James Stuart (Madrid, 1948), primogénito de la duquesa de Alba y de su primer marido, Luis Martínez de Irujo, será el nuevo duque de Alba. Tomará el relevo de los 18 duques que le han precedido, desde el nacimiento del Gran Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo en el siglo XIV. Su madre, … Continued
Carlos Fitz-James Stuart (Madrid, 1948), primogénito de la duquesa de Alba y de su primer marido, Luis Martínez de Irujo, será el nuevo duque de Alba.
Tomará el relevo de los 18 duques que le han precedido, desde el nacimiento del Gran Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo en el siglo XIV.
Su madre, en el reparto de la herencia le donó fincas rústicas —entre ellas, uno de los mayores latifundios de Córdoba, en El Carpio— y varias casas en alquiler.
Recibirá además de su título, todo el legado que atesora su familia: la Fundación Casa de Alba (con sus palacios de Liria y Monterrey, entre otros), la colección de medio centenar de ducados, marquesados, condados y grandezas, y la responsabilidad de preservar el legado histórico y monumental.
“Carlos es conservador y protegerá el título”, dijo de él la duquesa en su biografía titulada “Lo que la vida me ha enseñado”.

El nuevo duque estudió bachillerato en el Colegio de Los Rosales. Se licenció en Derecho en la Universidad Complutense e hizo el servicio militar, donde alcanzó el grado de alférez.
Desde hace años trabaja por mantener el patrimonio familiar junto a sus hermanos Alfonso y Cayetano. Además participa en todas las empresas de los Alba (Inversiones Princesa, Eurotécnica Agraria, Euroexplotaciones Agrarias, Agrotecsa, Agralsa y Castrofresno).
El futuro duque está divorciado de Matilde Solís- Beaumont, hija de los marqueses de la Motilla. El matrimonio se acabó en 2006. La pareja tuvo dos hijos varones Fernando y Carlos. El primero de ellos se convierte, tras la muerte de su abuela en el nuevo heredero.
Carlos Fitz-James tuvo posteriormente una relación con la empresaria Alicia Koplowitz.
Amante de la caza, hace años que dejó de jugar al tenis y de volar. Eso sí sigue esquiando y navega, pero su gran pasión es la música y la lectura.
De carácter conciliador mantiene una buena relación con sus cinco hermanos aunque de manera especial se ha acercado en los últimos años a Alfonso y Cayetano con quien lleva las empresas de la familia.

Con información de El País.