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Asistentes a bares gays de la Ciudad de México se sienten inseguros
Foto tomada de airbnb

Las declaraciones homofóbicas han aumentado desde los empleados de gobierno como el exfuncionario de la Secretaría de Desarrollo Social e Integración Social de Jalisco (valga la ironía que esto pueda ser), o la Iglesia Católica con sus declaraciones contra la iniciativa del Matrimonio Igualitario que solo va dedicada a una parte de la población.

Sabemos que la violencia inicia con las palabras y puede terminar en tragedia como en los crímenes por homofobia que existen en México, al menos mil 310 en los últimos veinte años, según Letra S, sin perder la posibilidad de un ataque directo como el ocurrido en Orlando el pasado domingo.

Esto nos recuerda que la homofobia y los crímenes de odio están a la vuelta de la esquina, y no solamente puede pasar en Estados Unidos, sino también en nuestro país. ¿Y acaso la Ciudad de México, en su calidad de “Gay Friendly”, está preparada para un ataque de ese estilo?

De acuerdo con declaraciones de asistentes a los antros y bares gays de la Ciudad de México, no se tiene la preparación para un ataque de ese estilo. Estos son los puntos débiles de los que hablan.

Guardias no revisan bien

Los guardias de seguridad no revisan bien a los visitantes que entran a la mayoría de los antros o bares gays de la Ciudad de México, y mucho menos si son sus amigos, pues estos pueden dejar pasar desde botellas de alcohol, hasta armas.

Francisco, de 36 años, narró que le ha tocado que lo revisen muy bien “pero hay personas a las cuales que ya entran como si nada y pasan y ni siquiera los revisan y ni siquiera los detienen”.

Mientras que Javier, de 20 años, asegura que la manera con la que revisan no es la adecuada. “Hay muchos lugares en los que puedes meter cualquier tipo de objeto y ellos no se dan cuenta porque no están bien capacitados”.

Para Montserrat, de 24 años, los guardias de seguridad “son demasiado flexibles (…) te dejan pasar con cosas que no están permitidas por ejemplo a veces entran con botellas o cosas así y pues que nada más si conoces al güey o a lo mejor alguien es recomendado así, lo dejan pasar”.

No se pone límite en la entrada de personas

Con el fin de tener más y más ventas, admiten a toda la gente que quiere entrar al antro o bar sin que se considere la capacidad del lugar, poniendo en peligro tanto en temas de protección civil, como en cualquier tipo de robo o pelea.

“Entra muchísima gente en algunos lugares”, afirma Areli, de 35 años, quien critica que no existe prevención en cualquier tipo de desastre natural o de cosas graves como lo sucedido en varios estados de México o en EE.UU.

Bueno, yo pienso que en los antros no se tienen las medidas de seguridad, muchas veces por querer ganar más, dejan pasar a más gente de la que cabe en el lugar, entonces pues no se tiene el control sobre toda la gente.

No hay seguridad fuera de los lugares

Desde simples riñas de gente en estado de ebriedad, hasta ataques homofóbicos cuentan los entrevistados.

“Alguna que otra vez me ha tocado a alguien que saca una navaja (…) Y también me tocó una vez un chavo de Venezuela que venía de Nichos, y dijo que afuera del bar, venía ensangrentado, unos güeyes homofóbicos lo agarraron a golpes”, comentó Cristian de 22 años.

“Yo sí me siento seguro en los bares o antros de la Ciudad de México porque no siento que dentro de ellos pueda correr algún riesgo, es más bien al contrario, al salir de estos antros es donde siento que corro más riesgo”, dice Mariano de 32 años.

Finalmente, Eduardo, de 32 años, se sigue sintiendo seguro dentro de un bar gay en la Ciudad de México, pues no pasa del narcomenudeo o del negocio sexual, sin embargo, asegura que es una preocupación que va creciendo.

Por Alejandro Toral. Sígueme en Twitter @ef_tocho