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Los riesgos de subir de peso durante el confinamiento ante la nueva realidad
Foto de Pixabay.

Es común ver a gente en las redes sociales asegurando que están subiendo de peso durante el confinamiento, lo cual puede deberse a factores de salud mental, como a los altos índices de estrés y ansiedad que generó la contingencia sanitaria en muchas personas.

La incertidumbre en la que vivimos por no saber qué va a pasar o cuándo terminará la emergencia genera estrés, ansiedad y miedo, y esas son conductas que nos invitan a refugiarnos en la comida”, explicó Fernando Pérez Galaz, miembro titular del Colegio Mexicano de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas.

Estar confinados aumenta el sedentarismo porque se tiende a realizar menor actividad física y, además, los alimentos que están más disponibles por la situación que viven muchos negocios y hogares en el país son los ultraprocesados o la comida rápida, describió en charla con López-Dóriga Digital.

Alimentos como esos, con alto contenido de azúcar y grasa, son los que dan más confort en momentos de estrés y ansiedad”, advirtió. “Es la comida con peor valor nutricional porque tiene más calorías, y al haber menos actividad física, provoca sobrepeso y obesidad”.

El también director de la Clínica integral Balianz apuntó que la comida ataca el sistema de recompensa del organismo, por lo que se percibe una agradable sensación de alivio y confort al consumirlos.

“En momentos de estrés y ansiedad, todos tendemos a refugiarnos en la comida”, subrayó.

Recordó que durante los primeros días de la cuarentena existía una idea generalizada en muchas personas de que aprovecharían el tiempo para comer mejor, hacer ejercicio y dormir más; sin embargo, conforme fue avanzando la contingencia, esa idea fue cambiando. “Muchos mexicanos, lejos de mejorar sus hábitos, los empeoraron”, opinó.

Por ejemplo, muchas personas confirmaron que no es igual el tiempo que se toman para preparar sus alimentos que un alimento prefabricado o comida chatarra”, subrayó. “Especialmente cuando tuvieron que acostumbrarse a nuevas cosas, como el home office”.

Pasar tres meses de encierro en casa, indicó, definitivamente provoca daños en la salud mental y física, porque las personas siempre necesitan actividades como ejercitarse y tomar el sol.

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Foto de Pixabay.

Obesidad y COVID-19

La obesidad es una de las enfermedades que padecía la cuarta parte de los mexicanos que han muerto por COVID-19 desde el inicio de la contingencia sanitaria en el país.

Hasta el 15 de junio, 25.49% de las 17,580 personas fallecidas en México por COVID-19 padecían obesidad, siendo la tercera comorbilidad asociada a las defunciones por esta enfermedad.

Las dos comorbilidades que le anteceden son hipertensión (42.8%) y diabetes (37.46%), enfermedades que, de acuerdo con Pérez Galaz, están también directamente relacionadas con la obesidad.

Así, 80% de los pacientes diabéticos en México y cerca de 60% de los hipertensos son obesos, reveló.

Además, las personas que tienen estos males tienen más posibilidades de morir aunque sean jóvenes: “Un paciente de 35 o 40 años con obesidad, diabetes e hipertensión, tiene 10 veces más riesgo de muerte por COVID-19 que otro paciente, incluso hasta mayor que él, pero que no tenga estos factores de riesgo”, advirtió.

El especialista destacó que, en la “nueva normalidad” es muy importante darle importancia al cuidado de las salud y al control de peso manteniendo mejores hábitos alimenticios, practicando ejercicio y cuidando el cuerpo en general.

Ya vimos que un virus tan insignificante nos puede matar”, reiteró.

No han nadie ‘de huesos anchos’

Pérez Galaz advirtió que las personas deben tener conciencia de que la obesidad es una enfermedad. “No estamos diseñados para traer 20 kilos de sobrepeso en el cuerpo”, señaló.

Primero hay que reconocer el problema, es decir, que el sobrepeso y la obesidad son enfermedades y situaciones que debemos controla y revertir, no debemos normalizarlas con frases como ‘yo soy de huesos anchos’, porque eso no existe; y como es una enfermedad, debemos tratarla como tal”, expuso.

Recomendó asistir a clínicas especializadas en vez de recurrir a dietas o remedios que le han funcionado a otras personas, esto debido a que es una enfermedad que debe ser abordada por distintos especialistas a la vez con el fin de elaborar un diagnóstico integral.

“Por ejemplo, si una persona tiene altos índices de ansiedad, aunque le demos muchas dietas, no va a resolver su problema si primero no lo curamos de la ansiedad”, subrayó.

Cuidarse durante la contingencia

Para evitar la obesidad durante el confinamiento, Pérez Galaz recomendó que, primero, las personas deben pesarse una vez a la semana. “Algo que no mides, es algo que no puedes controlar”, resaltó.

Yo recomiendo pensarse los miércoles; porque el fin de semana comes un poco más, y si te pesas el lunes, vas a traer ‘la cruda’ del fin de semana”, recomendó

Dijo que se debe generar un diario de alimentos con el fin de planear las tres comidas del día y así se logrará elegir mejor los alimentos y los ingredientes con los que se van a preparar.

También es importante dormir. Durante la cuarentena, aunado al aumento de peso, se han asociado los trastornos del sueño”, señaló.

“Las personas que duermen menos de seis horas al día, tienden a ganar mayor peso que los que duermen entre seis y ocho horas”.

Asimismo, reiteró que es importante hacer ejercicio, el cual se puede hacer con alguna rutina de YouTube, o caminar en el exterior en la medida de lo posible.

Pérez Galaz recalcó que es importante mantenerse sanos durante “la nueva normalidad”, especialmente si se llega a contraer el COVID-19 en un futuro.

Tenemos que considerar muy bien que no existe una persona con obesidad saludable, y esto nos lo dejó muy claro el COVID”, mencionó.

Con información de Carlos Tomasini