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El temor viaja en el Metro CDMX bajo la sombra del sabotaje
Cientos de personas esperan la llega de un tren del Metro. Foto de EFE

A un mes del accidente que dejó una joven muerta y cientos de heridos, al que le sucedieron varios incidentes, la inseguridad que afrontan los 5 millones de usuarios diarios del Metro de Ciudad de México ha crecido bajo la sombra de presuntos actos de sabotaje pese al despliegue de la Guardia Nacional.

Las controvertidas fallas empezaron el 7 de enero, cuando el choque de dos convoyes de un tren de la Línea 3 dejó una joven de 18 años muerta y 106 heridos, y no ha cesado desde entonces: vagones que se separan, trenes invadidos por el humo, estaciones evacuadas y constantes cortes de servicio.

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Usuarios viajan en el Metro CDMX. Foto de EFE

Sea por los actos de sabotaje que alegan desde la jefatura de Gobierno de la capital y la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la ciudad, o más bien por la falta de inversión y mantenimiento que achacan desde la oposición y los sindicatos, la percepción del riesgo al desplazarse en el subterráneo ha aumentado.

Para algunos de los pasajeros consultados por EFE en la céntrica estación de la Glorieta de los Insurgentes, las comunes aglomeraciones o los retrasos han dejado de ser su principal preocupación.

“Entras al Metro con miedo y no sabes si vas a salir, es un hoyo horrible”, aseguró Eduardo Sánchez, de 27 años.

Por su parte, Ipsan, un hombre de 75 años que prefirió no dar su apellido, mostró preocupación por la posibilidad de que, mientras realiza su trayecto diario, “pase un incidente, haya humo en un túnel y pueda tener problemas de asfixia”.

Sin embargo, otros como Adelaido Hernández, de 67 años, mantienen la confianza en el medio de transporte, uno de los más grandes de América.

“No he sentido inseguridad, es muy eficiente”, dijo.

En esa línea, Bernardo Navarro, coordinador del Observatorio de Transporte y Movilidad Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), resaltó en entrevista con EFE que, según datos que ha recabado a lo largo de los últimos 30 años, el Metro es con diferencia el medio de transporte más seguro.

“Y con esto no quiero demeritar que ha habido estos incidentes, que eran previsibles y evitables”, puntualizó.

¿Sabotaje o falta de mantenimiento?

La polémica permeó rápidamente en el plano político y judicial, donde confrontan dos teorías: unos ven actos de sabotaje de grupos criminales, y otros denuncian insuficiente inversión y mantenimiento.

Tras el accidente del 7 de enero, la jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, solicitó el despliegue de 6 mil efectivos de la militarizada Guardia Nacional para evitar lo que consideró “hechos fuera de lo normal”.

“No sé si soy fantasioso, pero pienso que ha de ser sabotaje. Nunca había sucedido tan seguido, no es normal”, comentó Ipsan.

Por el contrario, algunos alertan del deterioro del Metro en los últimos años, aunque Sheinbaum aseguró que la inversión ha crecido desde el inicio de su gestión hace cuatro años.

“Se acumulan los defectos y no los arreglan. Pasa el tiempo, se descomponen más y eso ocasiona los accidentes. No puedo hablar de sabotaje porque no hay pruebas”, contrapuso Sánchez.

Navarro, sin embargo, aunó ambas posturas: aunque asevera que hay una “falta de mantenimiento estructural” que requiere una inversión de cerca de 70 mil millones de pesos, valoró que la presencia de la Guardia Nacional ha permitido esclarecer el robo de ciertos elementos del metro que afectan a su funcionamiento.

El Sistema de Transporte Colectivo (STC) y la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la capital anunciaron que durante 2022 se robaron 14 kilómetros de cable del subterráneo, por lo que detuvieron a miembros de organizaciones criminales.

De la modernidad a la calamidad

Para el entonces Distrito Federal, la llegada del Metro en 1969 fue un símbolo de modernidad; 54 años después, se ha convertido en un nido de problemas.

“Era otro mundo, el inicio de un cambio del servicio urbano. Y era seguro”, recordó el pasajero Alfonso Verdejo, quien entonces tenía 16 años.

No obstante, apenas tardó seis años en registrar su primer y más mortal accidente hasta ahora, que mató a 31 personas en la estación Viaducto.

Y se sucedieron, con mayor o menor intensidad, hasta el 3 de mayo de 2021, cuando una vía elevada se derrumbó en Tláhuac dejando 26 muertos y un centenar de heridos.

“Es necesario atender las necesidades urgentes y no tan urgentes del Metro, es la enseñanza fundamental que sacamos de esto”, sentenció Navarro.

Con información de EFE