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De todos los días dedicados a festejar algo o a alguien que uno piensa fueron inventados para el lucro de comerciantes como el Día de la Madre, el del Padre, el del Maestro y el del Niño; es el día del amor, que se celebra hoy 14 de febrero, el único que tiene un origen muy antiguo y que, pese a lo que pudiera pensarse, no fue inventado por la Cámara de la Industria del Chocolate, ni por la Agrupación de Floristas, ni por la Sociedad de Fabricantes de Monos de Peluche, mucho menos por la Asociación de Dueños de Moteles de la Calzada de Tlalpan AC.

El día 14 de febrero empezó a ser asociado con el día del amor a raíz de la historia de san Valentín, un médico romano que se hizo sacerdote y que casaba a los soldados romanos a pesar de que esto estaba prohibido por el emperador Marco Aurelio Claudio Gótico (213-270) que consideraba incompatible el matrimonio con la carrera de las armas, por lo cual ordenó decapitar al médico-sacerdote un 14 de febrero. (Seguramente el mencionado emperador pensaba que los soldados casados rendían menos que los solteros ya que los casados además de la guerra contra el enemigo de Roma tenían que sostener su propia guerra en casa).

Asignar el día que el santoral dedicaba a san Valentín como el consagrado al amor, surgió a partir de un libro escrito en 1382 por el inglés Geoffrey Chaucer (1340-1400), titulado El Parlamento de las aves o de los pájaros, donde, por medio de una alegoría, el autor considera el de san Valentín como el día en que las aves eligen pareja. No obstante la antigüedad del libro, encontré un ejemplar, traducido al español por Jesús L. Serrano, publicado por Editorial Ciruela en el año 2005, del cual reproduciré parcialidades donde se menciona al santo mártir: “La noble diosa Naturaleza estaba sentada en un claro de una colina de flores” (…) “Esto era el Día de san Valentín, cuando todas las clases de aves que el hombre pueda imaginar van allí para elegir su pareja. La tierra, el aire, los árboles y los lagos estaban tan llenos que apenas había sitio para mí de tan concurrido como estaba todo el lugar. Hacían un ruido enorme”(…) “La noble emperatriz (la Naturaleza), llena de gracia, ordenó a cada una de las aves que ocupara su lugar como siempre lo solían hacer, año tras año, para permanecer allí el Día de san Valentín” (…) “La Naturaleza le dio a cada ave su pareja de mutuo acuerdo, y siguieron su camino. ¡Ay, Señor, qué alegría y qué gozo tuvieron! Cada uno cogió al otro con sus alas y se entrelazaron sus cuellos. Dándole repetidas gracias a la noble diosa Naturaleza”.

El apareamiento de los pájaros fue visto como un símbolo del amor y el día de san Valentín como la fecha para celebrar este sentimiento humano. Según Wikipedia, la moderna herramienta de Internet que convirtió en obsoletas a las enciclopedias, en el año 1400 el rey Carlos VI de Francia, creó la Corte del Amor, mediante la cual, el primer domingo de cada mes y el 14 de febrero de cada año se efectuaban competencias en la que los participantes rivalizaban para conseguir pareja entre las doncellas de la corte. Lo que la referencia no dice es en qué consistían las competencias: En ser guapo o ser simpático: Chiste mata carita. En ser simpático o en tener verbo: Verbo mata chiste. En tener verbo o tener dinero: Billete mata todo.

A partir del siglo XV la celebración del día de san Valentín, como el festejo de los enamorados, se hizo popular en Inglaterra y Francia. Con el paso del tiempo se puso de moda en Alemania e Italia. En el siglo XIX en Inglaterra comenzó a comercializarse esta fiesta con la fabricación y ventas de tarjetas alusivas al amor. Del Reino Unido, la celebración pasó a Estados Unidos y de allí a gran parte del mundo. Actualmente se ha extendido a países como Japón, China y Taiwán.

En 1969 en el corte de caja que el Vaticano realizó para quitar de en medio a santos de dudosa procedencia, san Valentín fue descontinuado, en su lugar se puso la celebración de san Cirilo y san Metodio. Sin embargo, la tradición continuó y en el año 2014, el Papa Francisco —experto en marketing— restituyó a san Valentín como patrono de los enamorados.

El amor y la poesía

No es la primera vez que en el día del amor reproduzco un bello soneto de Fernando del Paso; se los comparto: Como oro, por rubio, es tu cabello./ El oro y el otoño, que es su hermano,/se despiden, volando, del verano/ y viajan, río abajo, por tu cuello./ Y yo que me robé y guardé un destello/ en el hueco más claro de la mano,/ una carta, en las hojas de un manzano/ te escribo con su brillo, la embotello/ en un litro de luz y te la envío, / y dice así: “El mar, mi casa entera, el corazón, mis ojos, cinco rosas:/ por ahogarme de nuevo en ese río/ de dorada quietud, que no te diera:/ mi peso en oro, en sol, en mariposas…”