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Los US450 millones de inversiones en energía eólica en Ojuelos son una muestra. Las energías renovables son correctas y un gran negocio, dice estudio de PwC.

¿Han oído hablar de Ojuelos? La multinacional italiana ENEL invertirá 250 millones de dólares en esa población jalisciense para construir una planta de energía. El grupo Salinas, a través de su filial Dragon, invertirá allí 200 millones de dólares para ampliar su parque eólico. La nueva inversión anunciada se suma a los 1,700 millones de la primera etapa, que se inauguró en el 2014.

Ojuelos no tiene gran riqueza mineral ni un suelo fértil. A cambio, tiene aire, mucho aire. Hace poco esto no serviría de gran cosa, pero mucho ha cambiado ahora. El aire sirve para producir energía eólica, que se transforma en electricidad.

Entre el 2009 y el 2014, la capacidad de producir energía eólica se multiplicó por siete en México. Entre el 2015 y el 2018 se invertirán 14,000 millones de dólares en nuestro país para ampliar la oferta. En el 2018, 8% de la electricidad de México será producida por el viento.

El potencial es enorme. El viento es abundante y de gran calidad en muchas zonas de México, por ejemplo Oaxaca, Baja California, Puebla y Zacatecas. El caso de Ojuelos es interesante. Hace años no estaba en el mapa, pero se volvió interesante gracias a las nuevas turbinas. El grupo de Ricardo Salinas y los italianos de ENEL Green se han situado allí porque ese municipio está muy bien situado para abastecer a una de las regiones de mayor crecimiento, el Bajío. Ojuelos tiene “frontera” con Guanajuato y Aguascalientes.

El mapa energético mexicano está cambiando aceleradamente. Para verlo con claridad, hay que asomarse más allá del petróleo. En energía eléctrica, la transformación es profunda y se está acelerando. Por una parte, tenemos la construcción de la red de gasoductos que impulsa la CFE para cerrar las plantas de combustóleo o sustituirlas por generadoras de ciclo combinado. En el terreno de los renovables, tenemos, además de Grupo Salinas y ENEL, a empresas españolas como Iberdrola, Acciona y Gamesa, que mantienen ritmos de inversión multimillonarios.

La energía producida a partir de las renovables tiene grandes perspectivas. Deberá crecer mucho más rápido que el resto, para que México cumpla con sus compromisos de mitigación de los gases de efecto invernadero. Esto implica cumplir el objetivo de que 35% de la energía que se produzca sea “limpia” en el 2024.

¿Es esto posible? PwC dice que sí. No sólo eso: sería muy rentable para México acelerar la transición de su modelo de producción y consumo energético. La demanda de electricidad crecerá 3.5% anual promedio en los próximos 15 años. Para satisfacerla, se proyecta una adición de 33 GW de tecnologías limpias entre el 2015 y el 2029. Esto es triplicar la generación de energía limpia 15 años, lo cual requiere inversiones de 5,000 millones de dólares anuales. Estas inversiones generarían 180,000 nuevos empleos e incrementarían el PIN en 45,000 millones de dólares. Un área de oportunidad sería el incremento de los contenidos nacionales en la instalación de la capacidad. Ahora casi todo es importado, pero la parte nacional podría llegar a ser hasta 70% del total, según PwC.

Esto no ocurrirá de manera automática. Es necesario adecuar la red de trasmisión para interconectar las adiciones de energía limpia y falta que el Senado vote la Ley de Transición Energética. La mesa está puesta, pero hay riesgo de que muchas cosas queden en el aire… y no se conviertan en energía eólica.