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Si esto ocurriera, el mercado se encargaría, en menos de una semana, de provocar una burbuja especulativa.

Hubo un tiempo en donde en este país podía despertar cualquier día el presidente de la República y decidir que no se devaluaría el peso, porque con la moneda se devaluaba su imagen. Hablaba entonces a su secretario de Hacienda para dar la instrucción, porque la economía se manejaba en Los Pinos.

La orden presidencial llegaba al Banco de México, donde destapaban la caja secreta de las reservas internacionales, se encendía la máquina de fabricar billetes y se iniciaba la inyección de recursos para defender como perros una paridad artificial.

Ésa es la historia de los insostenibles 12.50 viejos pesos por dólar a mediados de la década de los 70 del siglo pasado, pero también es la historia de los inviables 3.50 nuevos pesos por dólar de los años 93 y 94 en pleno sueño del primer mundo salinista.

México hoy tendría la capacidad de aferrarse a una paridad y defenderla con todo el peso de las altas reservas internacionales, con su baja inflación y sus modernas imprentas de billetes.

Habría que elegir un número. Qué le parece una paridad fija de 14 pesos por dólar. Es más, con lo románticos que somos de las glorias pasadas de este país, podríamos determinar una paridad fija de 12.50 pesos por dólar, como la tenían los abuelos.

Y entonces sí, a desgastar nuestra salud financiera para que todo aquel que quiera dólares los consiga a ese precio. Los aplausos al gobierno serían hasta sangrar las manos.

Con esa paridad le garantizo vacaciones de verano en Disneylandia, cenas románicas en Nueva York y compras frecuentes en San Antonio. Cualquier importación sería muy barata y si los exportadores sufren no faltará quien acuse falta de competitividad.

Bueno, pues eso ¡no va a suceder! Primero, porque ni el presidente ni el secretario de Hacienda lo pensarían. Después, el autónomo Banco de México los mandaría por tacos y le pondría un candado extra a sus reservas internacionales.

Y si así ocurriera, el mercado se encargaría en menos de una semana de provocar una burbuja especulativa terrible que tronaría semejante barbaridad en un país que tiene una de las monedas más negociadas del mundo emergente.

Ahí está Argentina, con su paridad oficial en 9.17 por dólar y su mercado negro del denominado dólar blue, en 15.10 por dólar. Ya se cruzan apuestas de cuánto tiempo habrá de pasar antes de que, ahí sí, el gobierno tenga que devaluar y desate una nueva crisis.

Hoy estamos viendo al peso mexicano marcando máximos históricos muy seguidos en su relación frente al dólar. Se ha convertido en una de las monedas más golpeadas de los últimos días. Por lo tanto, llegó la hora de escuchar a la Comisión de Cambios sobre cuáles son sus armas.

Nada se puede y se debe hacer para defender una cotización determinada del peso ante la fortaleza del dólar, aquí no hay una historia de David contra Goliat.

Lo que sí es necesario es desanimar a los especuladores ocasionales que se dejan engatusar por los iluminados que anticipan dólares a 20 pesos, simplemente porque así se les ocurre.